China impuso sanciones a 10 funcionarios de Taiwán señalados por apoyar el separatismo, en medio de tensiones atizadas por la visita de una delegación bipartidista de congresistas de Estados Unidos a la isla.
Un departamento del Partido Comunista prohibió la entrada de esos individuos y sus familiares a la parte continental del país, Hong Kong y Macao, además de la posibilidad de sostener intercambios y cooperación con empresas chinas.
Los sancionados son figuras del Gobierno y Parlamento de Taiwán y se nombran Bi-khim Hsiao, Koo Li-hsiung, Tsai Chi-chang, Ker Chien-ming, Lin Fei-fan, Chen Jiau-hua, Wang Ting-yu, Su Tseng-chang, You Si-kun y Jaushieh Joseph Wu.
Según la fuente, China castigará de forma severa a más separatistas y a todo aquel que desafíe la ley.
Las sanciones son parte de la respuesta de Beijing al viaje de una comitiva de cinco legisladores de Estados Unidos, encabezada por el senador Ed Markey.
Esos congresistas llegaron el domingo a Taipéi sin previo aviso, dialogaron ayer con la líder taiwanesa, Tsai Ing-wen; y se reunieron con otros representantes gubernamentales y del sector privado antes de cerrar su estancia de dos días.
China rechazó y acusó a la Casa Blanca de buscar una confrontación, en medio de tensiones por la reciente visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Además, el Ejército Popular de Liberación de China organizó de inmediato nuevas prácticas alrededor de Taiwán.
Tal reacción augura que Beijing procederá con acciones que refuercen su postura ante lo que considera un nuevo desafío en el tema más sensible de las relaciones con Estados Unidos.
A la visita de Pelosi, el gigante asiático respondió con una combinación de medidas militares, diplomáticas, políticas y comerciales.
El diario China Daily subrayó que para Taiwán tales periplos conllevarían a un endurecimiento del bloqueo militar y las penalidades económicas, mientras los políticos estadounidenses afrontarían sanciones y restricciones en los negocios con el gigante asiático.
Alertó que las secuelas afectarían al mundo entero, porque si estalla un conflicto por el tema se dispararía aún más la inflación, aumentaría el precio de los alimentos y empeoraría la crisis energética.
Prensa Latina