Editorial de Radio Pichincha
Don Guillermo, de verdad, se quiere despedir haciéndonos añicos. Ahora es la Seguridad Social y el sistema de pensiones y jubilación. Así, como si nada, de la noche a la mañana.
De verdad, lo que no pudieron hacer en la Constituyente de Sangolquí, presidida por su amigo Osvaldo Hurtado, ahora lo quieren hacer vía decreto – ley, yéndose incluso por encima de la Constitución.
De la mano de uno de los más altos exponentes del neoliberalismo, el empleado de Jamil Mahuad y de Lenín Moreno, el economista Augusto de la Torre, el Gobierno más antipopular de América Latina presentaría hoy su propuesta de reforma al Seguro Social. Y hay algunas perlas que si no nos conmueven o sacuden la conciencia entonces es que ya no nos importa nada.
Bajo el argumento de que no hay cómo sostener el sistema actual, que en parte tiene otras causas y posibles respuestas no tan ortodoxas, lo que quieren es quitar el aporte de las empresas, consigna de la derecha desde siempre. ESE ES SU OBJETIVO MAYOR.
Claro, no es lo único. También quieren que las pensiones se calculen ya no por los cinco mejores años de remuneración sino por los 15 o 20 mejores años. Quienes han ganado bien toda su vida entonces no se hacen lío, pero quienes han sufrido desempleo, trabajos y sueldos precarios tendrán entonces pensiones muy bajas y eso ya sabemos qué significa para una vejez en esas condiciones.
Lo que pasa es que los neoliberales solo piensan en los cálculos económicos, no tienen sentido social y menos un sentido humano de las medidas económicas. Ahí está la diferencia y ahí la razón de la disputa política.
Visto como lo plantea don Guillermo y el señor De La Torre el problema no es para los “viejitos” sino para todas las generaciones que ahora empiezan a trabajar y aportar, para quienes ya están a punto de jubilarse y también para quienes están en la madurez de su vida y de su carreras profesionales.
Ojalá la discusión pública de este tema sea abierta, horizontal e intergeneracional para entender la gravedad del tema. Ojalá tengan cinco dedos de frente los neoliberales de este Gobierno para entender que si lo hacen pasarán a la historia más mal o peor que su amigo Jamil Mahuad con el feriado bancario. Ojalá.