Los derechos de la población trans, establecidos en la Constitución de Ecuador, no se respetan y, más bien, se vulneran a diario.
Punto Noticias. Desde los 13 años, Nico tenía una expresión de género masculina, pero su cuerpo no correspondía con su identidad. Tomó la decisión de iniciar su transición y se enfrentó a una realidad que viven todas las personas trans en Ecuador: la discriminación en el sistema de salud.
Nico es un hombre trans no binario que vive en Quito y trabaja en la Unidad de Salud Trans Tayra Evelyn Ormeño, entidad no gubernamental que ha sensibilizado a sus trabajadores para la atención médica y psicológica que requiere esta población. Esta iniciativa se apoya, principalmente, de voluntarios.
Él espera que ninguna persona que desea iniciar esta transición pase lo que él vivió, aunque sabe que la discriminación está enraizada en las estructuras más profundas de la sociedad, no solo del sistema de salud.
“Buscas, pero no encuentras a médicos que estén sensibilizados para tratar a las personas trans. Desde la entrada, incluyendo a la recepcionista, el guardia. Todos son parte del espacio de salud y, desde ahí, vas teniendo la discriminación”, lamentó.
Acceder a estos servicios, para las personas trans, significa un sinnúmero de atropellos. En la primera consulta, los médicos bombardean con preguntas y prejuicios innecesarios. Cuestionaron, desde los dogmas, la decisión de Nico de iniciar su transición. Esto le ocurrió tres veces. Estuvo expuesto a tres actos violentos y discriminatorios por su identidad de género.
Hasta entonces, únicamente había recibido rechazo por parte de quienes tienen la obligación de impartir un servicio de salud de calidad y libre de odio, así lo contempla la Constitución del Ecuador (2008), en su artículo 11 numeral 2, que hace referencia a la igualdad y no discriminación ante la ley por motivos de orientación sexual e identidad de género.
Pero los profesionales de la salud vulneran otro derecho, establecido en el artículo 83, numeral 14, que obliga a respetar y reconocer las diferencias de género y la orientación e identidad sexual. Nico, al igual que otras personas trans, no cuenta con un documento que se ajusta a su identidad y aunque le piden al médico referirse por el nombre que les representan, el profesional lo desconoce. Sus derechos únicamente están escritos en papel (están en letra muerta), no se aplican y, más bien, se vulneran a diario.
La transición corporal se logra a través de procedimientos hormonales y quirúrgicos. Las malas experiencia de Nico las viven otras personas trans. Para evitar este prejuicioso proceso, muchos y muchas han optado por procedimientos clandestinos, que ponen en riesgo su vida. Nico tomó este camino, luego de tres intentos con el discriminatorio sistema de salud ecuatoriano.
“Prefiero no acudir a un médico porque nadie puede realmente ayudar y, lo que haces, es no volver. Ni siquiera me esfuerzo para seguir buscando. Lo hice tres veces y fue una fatalidad. Luego empecé a automedicarme, es lo que te queda”, contó.
No entendía sus cambios de humor, dolores de cabeza y otros efectos producto de las hormonas. “Es como una segunda pubertad”, describió. Él también buscó ayuda de psicólogos, pero la respuesta fue la misma: prejuicios y discriminación.
“No hay ayuda por parte del Gobierno, ni en el sector privado”, dijo, molesto, al precisar que su trabajo en la Unidad es justamente evitar que más personas transiten por esta pesadilla.
La Unidad de Salud Trans se abrió en junio de este año como un espacio seguro, en el que realizan un acompañamiento integral.
La pandemia agravó el acceso a una atención médica oportuna
Con la llegada de la pandemia del COVID-19, aumentó la dificultad para que las personas trans puedan acceder a una atención médica.
De acuerdo a las cifras de la “Encuesta virtual sobre el acceso a servicios de salud sexual y salud reproductiva durante la pandemia por COVID-19 en Ecuador”, realizada por colectivos de mujeres entre julio y agosto, el 47,66% reportó haber tenido dificultades para acceder a estos servicios. De ese total, el 19,75% de personas pertenecen a la población LGBTIQ.
Además, un 62.8% dijo que tuvo los inconvenientes en los centros del Ministerio de Salud, el 25.83% en servicios de salud privado, el 11.25% en establecimientos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y el 7.08% en otros espacios.
Del 17 de junio al 30 de agosto, en 44 días, seis mujeres trans tuvieron dificultades de acceso a servicios de salud. Un caso alarmante es que, una de ellas, informó que la dificultad en el acceso a tratamientos para ITS-VIH fue tras una agresión sexual.
Nico saldrá este 20 de noviembre de 2020 a la primera Marcha Trans en Ecuador para levantar la voz por quienes han estado y estarán en riesgo durante su proceso de transición por actos discriminatorios dentro del sistema de salud pública del Ecuador.