Editorial de Radio Pichincha
Queda cada día más claro que Carlos Vera es el periodista oficial, oficioso y gobiernista de Guillermo Lasso Mendoza, a quien de paso el entrevistador le debe algunos favores, como aquel de haberle prestado la casa cuando, bajo confesión propia, se quedó sin trabajo hace unos años atrás.
No hay otro periodista que le pueda entrevistar en Ecuador. Es él, solo él y nadie más que él. Y por supuesto, jamás será gratis. Hay algunos indicios que apuntan hacia eso. Familiares directos del periodista se benefician de ciertas prebendas. O él mismo como cuando ganaba tres o cuatro veces más que el propio presidente en un canal incautado.
Evidentemente Lasso sabe por qué evita hablar con otros periodistas. No quiere ser incomodado, cuestionado y hasta interrogado sobre los temas sustanciales. El titular del régimen, además, acuerda la entrevista, la prepara y pone los límites a los que se sujeta Vera sin vergüenza alguna.
Claro, hacen falta periodistas así para dos cosas que son clave para interpretar y evaluar al gobierno actual: no contradecirlo y desmentirlo, en todas las cosas que ha mentido, no ha confirmado y otras tantas en las que dice una cosa y hace otra.
El Ecuador tiene demasiados periodistas como para entrevistar a un jefe de Estado y lo haría, incluso habiendo votado por él, como hay algunos, que ahora le desmienten o le critican diciéndole que su gobierno es un nido de corrupción y una ineficiencia absoluta.
Es fácil decirle a Carlos Vera que ha inaugurado hospitales y algunas otras obras sin mencionar que no son de su gestión, de su administración o de su “ingenio”. Todos saben que algunas de esas obras ya fueron inauguradas antes, tal como hace ahora el alcalde de Quito con el Metro, que ya lo inauguraron a su modo Mauricio Rodas y Lenín Moreno.
Y es que es muy cómodo entrevistarse con un periodista fanático de la política estadounidense, que hace de ese país norteamericano su paradigma para todos los males y hablar maravillas de una supuesta colaboración que no pasa de 33 millones de dólares. Pues parecería que lo más importante de los 18 meses de gobierno, para Lasso y Vera, es la visita a Washington, las entrevistas con la CIA y los sectores más conservadores partidistas de esa nación.
La demagogia periodística también existe. Y el servilismo es su mejor expresión. ¿Jamás dijo una cifra contrastada con la realidad sobre, por ejemplo, la inversión social? ¿Qué significado tiene para los ecuatorianos y ecuatorianas el monto de la inversión pública?
Pero, de verdad: el problema de fondo de este momento es la inseguridad, la criminalidad, el narcotráfico, la existencia de narcogenerales y jueces vinculados al negocio más criminal del planeta. ¿Y de eso qué? ¿Seguimos en planes y la posibilidad de seguir usando estados de excepción? Nada, nada de nada.
Ojalá algún día veamos hacer periodismo y entrevistas con el Presidente. No solo para sacar la mejor información posible de un Primer Mandatario que tiene todas las cifras a la mano, sino para generar opinión pública que invoque al debate político real y no desde las medias verdades y las alabanzas de Vera, que como todos sabemos, NADA HACE GRATIS. PUNTO