Es el plan de la Corporación Eléctrica del Ecuador, ante el avance de la erosión en el río Coca.
Punto Noticias. Ante una eventual suspensión de operaciones de la hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair, debido al avance de la erosión en el río Coca, la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec EP) puso en marcha un plan.
La erosión, el viernes pasado, ya se encontraba a 8,9 kilómetros de las obras de captación de la central. Si se afecta esta infraestructura, se imposibilitaría el desvío de agua a la tubería y a las turbinas para la generación eléctrica y Coca-Codo saldría de operación.
Esta central, con 1.500 megavatios (MW)de potencia, es la más grande y costosa del país. En 2020 aportó, por sí sola, el 25% de la energía que demandó el país.
Ecuador tiene una potencia instalada de 8.100 MW, de los cuales 5.310 son de centrales hidroeléctricas y el resto de térmicas y otras. En cambio, la demanda del país es de solo 4.051 MW.
Ese excedente de energía hídrica, en principio, permitiría cubrir una eventual salida de Coca-Codo, considerando que la central no ha producido nunca a un 100%. Pero el país se quedaría con menos reservas de energía renovable.
Si alguna planta falla o sale de operación por entrar en estiaje (época de pocas lluvias), podrían volver los cortes de energía en el país.
Para evitar este escenario, inició un plan urgente para recuperar el parque térmico del país, informó el gerente de la Celec, Gonzalo Uquillas. Estas centrales funcionan con diésel, gas natural y fuel oil, conocido también como búnker. A finales de año y principios de 2022, térmicas como Trinitaria, Termoesmeraldas I y II, Santa Elena y Jaramijó estarán recuperadas para generar el respaldo suficiente de energía eléctrica, según dijo.
El país inició, en la última década, un plan de fuertes inversiones para reemplazar este tipo de plantas, que son costosas y contaminantes, por energía renovable. Con ello, la participación de la energía térmica en toda la producción del país bajó del 36%, en 2012, al 8% el 2020, según el Operador Nacional de Energía (Cenace).
La hidroeléctrica, en cambio, creció del 62% al 90%, en ese mismo período.
Paralelamente al plan de recuperación de energía térmica, la Celec trabaja en poner en marcha una hidroeléctrica más. Según Uquillas, en tres meses entrará en operación la central Sarapullo, del proyecto Toachi-Pilatón.
Aportará con 50 MW de potencia esta unidad. En cambio, Alluriquín, de esta misma central, entrará en operación en el primer semestre del 2022. En total, la planta aportará 254 MW adicionales.
A decir de Uquillas, “todas estas acciones permitirán que el país esté totalmente respaldado en términos energéticos, para minimizar una eventual indisponibilidad de la Coca-Codo Sinclair”.
Si bien existe capacidad instalada en centrales de generación eléctrica y térmica, en caso de una salida de la central Coca, es necesario que el país esté al día en el mantenimiento de las plantas y contar con el combustible necesario para evitar posibles cortes de energía, alertó Ricardo Buitrón, ingeniero hidráulico
Según el experto, el problema de incrementar el uso de la energía térmica, implica un aumento del costo de energía.
El costo de la generación térmica está entre USD 0,10 y 0,12 el kilovatio hora y la hídrica en USD 0,04. El aumento en el costo, además, no permitiría exportar energía, ya que sería más cara que en países vecinos, como Colombia y Perú.
Gabriel Secaira, integrante de la Junta ad hoc, que se formó para analizar el fenómeno de la erosión del río Coca, resaltó que, si bien el país ha incorporado algo de energía termoeléctrica nueva durante el Gobierno del expresidente Rafael Correa, esas plantas nunca han funcionado de manera óptima.
Por ejemplo, Jaramijó se instaló para que generara 140 MW y nunca funcionó a un 100%, comentó el experto.
Otro caso es Termoesmeraldas II, que, tras su recuperación, se espera que aporte con 96 MW, en función de las necesidades del país. Hoy genera 73 MW.
“La salida de Coca-Codo se soluciona con la operación de las centrales térmicas y las otras hidroeléctricas. Un problema que habría es que la mayoría de las centrales hídricas está en la vertiente oriental y en la época de estiaje no funcionan”, advirtió Secaira.
Dice que en un caso extremo, la falta de energía se solucionaría con la importación, “Colombia nos puede dar hasta 400 MW”, añadió el experto.
La Celec, mientras tanto, busca avanzar en la construcción de obras para frenar el avance de la erosión y evitar daños en la zona de captación de agua.
Los estudios recomiendan la instalación de 14 pantallas, una especie de pilotes, en medio del río, que sirvan de protección; se ubicarán a 1,2 kilómetros de la central de captación. Su costo superaría los USD 120 millones y su construcción tardaría al menos dos años.
La Celec necesita la aprobación del Directorio, que no ha podido reunirse porque no hay Ministro de Energía, quien preside el organismo.
La reubicación de las obras de captación aguas arriba, recomienda otro estudio. La Celec realiza los estudios de esta alternativa.
Fuente: El Comercio.