El call center 171 otorga citas de medicina general para después de un mes
LOS PERIODISTAS
En medio de condiciones adversas, por la falta de recursos, personal y equipamiento, el sistema integrado hospitalario debe afrontar la emergencia desatada por la llegada del coronavirus al país.
A pesar de ser un sector prioritario, la salud también fue golpeada por la política de austeridad y recortes, aplicada por el gobierno del presidente Lenín Moreno, quien se empeña en cumplir los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional.
Cada año las necesidades aumentan, pero el presupuesto para salud en 2020 se redujo a UDS 3.037 millones, es decir USD 25 millones menos que en el año 2019, que fue de USD 3.062 millones.
Sin ningún estudio técnico, en febrero de 2019 se despidieron a 3.000 trabajadores de la salud, entre médicos, enfermeras, nutricionistas, auxiliares y personal administrativo.
Tras una serie de reclamos y acciones legales presentadas por los afectados, se integró una comisión de los ministerios de Gobierno, Salud y Trabajo, la que se comprometió a reintegrar a 1.519 trabajadores, previo a un análisis técnico.
Sin embargo, no se cumplió debido a que el ministerio de Economía y Finanzas no aprobó los recursos requerimientos para ese personal, por un monto de USD 84 millones.
Según Joaquín Chaluisa, Secretario de la Organización Sindical Única de Trabajadores del Ministerio de Salud, los despidos continúan. Denuncia que los centros hospitalarios han sido afectados en cuanto equipamiento y que el personal debe cumplir sobrecargas horarias.
Considera que el sistema hospitalario no está preparado para enfrentar una emergencia por el coronavirus, a gran escala. “Con todos los despidos y lo que está sucediendo en los hospitales no se sabe cómo se va a enfrentar esto, más allá de los anuncios publicitarios del gobierno, sostiene Chaluisa.
Ernesto Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, coincide en que el sistema de salud no estaría preparado para afrontar una emergencia mayor.
Explica que hospitales como el Eugenio Espejo de Quito, el más grande del país, no cuenta ni siquiera con un tomógrafo para detectar con mayor rapidez los casos de coronavirus.
En esta casa de salud, el número de funcionarios entre profesionales médicos y administrativos, se redujo en el último año de 2.033 a 1.937. Carrasco lamenta que se haya descuidado a la salud pública en los últimos años.
Afirma que el sector de la salud está colapsado debido a que muchos equipos han dejado de funcionar, la falta de medicamentos y la salida personal. “Si llegásemos a tener una epidemia con brote comunitario con casos numerosos, vamos a sentir los efectos en el sistema de salud que está pasando por un mal momento”, señala.
Para los controles en aeropuertos, puertos, fronteras y en los propios hospitales, así como para el cerco epidemiológico de familiares y amigos de personas que contrajeron el virus, se requiere numeroso personal.
Una de las acciones emprendidas por el gobierno es la apertura de la línea 171 para atender a ciudadanos que presenten síntomas o que tengan dudas sobre la enfermedad.
Sin embargo, este call center solo sirve para agendar citas para después de un mes, en centros de salud.
Una llamada dura 15 minutos y es receptada por una funcionaria del ministerio de Salud, quien solicita datos personales, pregunta sobre los síntomas y proporciona información preventiva y de higiene.
En varias ocasiones se solicita al ciudadano que espere y posteriormente se transfiere la llamada a un médico, quien nuevamente pregunta datos personales y síntomas, y ofrece información preventiva.
El profesional transfiere la llamada al sistema automático de agendamiento de citas, el cual, de acuerdo a la dirección domiciliaria, concede una cita. Este medio de comunicación constató la llamada de un ciudadano, a quien le dieron cita en un centro de salud para el próximo 03 de abril.
Según una publicación de Diario El Universo, un ciudadano que llegó a Guayaquil desde España, y que presentó síntomas de gripe, dolor de garganta y fiebre, llamó al 171 pero solo le hicieron preguntas y le ofrecieron contactar posteriormente.
Ante esto, y por recomendación de la empresa en donde labora, acudió al centro hospitalario del Guasmo sur en busca de atención.
Y continuando con el control tecnológico, en la provincia de los Ríos, en donde se reportaron cuatro casos, se realiza el monitoreo de familiares y personas cercanas mediante un chat de WhatsApp, según informó el gobernador, Camilo Salinas.
El sector de la salud no solo ha sido afectado por el recorte de presupuesto. También está envuelto en denuncias de corrupción de supuestos sobreprecios en la compra de medicinas.
Los casos más sonados fueron corresponden a los hospitales del IESS Teodoro Maldonado Carbo y Los Ceibos, en Guayaquil, por USD 137 millones.
La Comisión Nacional Anticorrupción presentó ante la Contraloría General del Estado una denuncia sobre este y otros casos registrados en el sistema integrado de salud, entre los años 2016 y 2018.
Las denuncias pasaron a manos de la Fiscalía. Lo preocupante, según el coordinador de la comisión, Germán Rodas, es que las autoridades no han tomado ninguna acción. Señala que existe una red que afecta la compra de medicamentos “en medio del silencio clamoroso de la ministra de salud actual y de la anterior”.
A esto se suman, las denuncias de la propia Comisión Anticorrupción respecto al reparto político y tráfico de influencias en hospitales del ministerio de Salud y del IESS.
Se solicitó a la Dirección de Comunicación del ministerio de Salud un pronunciamiento oficial sobre la situación de las unidades hospitalarias del país, pero no hubo respuesta.