Universal Deportes.- Loco de alegría y luego devastado, el entrenador Josep Guardiola vivió un auténtico ascensor emocional lleno de dramatismo el miércoles con el Manchester City en la Champions League. La estrella del duelo de cuartos ante el Tottenham fue el videoarbitraje (VAR), cuya «revolución de los sentimientos» sigue generando debate.
El técnico español pensaba haber logrado que su City pasara a las semifinales de la champions cuando su atacante Raheem Sterling engañó al arquero de los ‘Spurs’, Hugo Lloris, en el tiempo añadido de un partido loco en el Etihad Stadium.
Guardiola gritó de alegría, apretó los puños, celebró como un hincha más… hasta que el árbitro invalidó el gol por un fuera de juego que no pasó desapercibido para los asistentes de vídeo.
«Todos los que dicen que el VAR iba a destruir la emoción en el fútbol tendrían que haber estado ahí», comenta el diario The Times.
«El VAR ha sido introducido para suprimir las secuencias dramáticas, pero es exactamente lo contrario lo que pasó», describe también The Daily Mail, otro diario británico, para describir los momentos de enorme tensión y emoción que se vivieron en el enfrentamiento inglés de los cuartos de final.
«Del infierno al paraíso», fue como definió el defensa Toby Alderweireld lo que vivió con sus compañeros del Tottenham, que ya había vivido otra alegría ‘en diferido’, hasta que el árbitro validó tras un visionado el tanto de los londinenses en el minuto 73 por medio del español Fernando Llorente, que parece tocar primero el balón con el codo, según imágenes difundidas ampliamente en las redes sociales.
El debate ya agitaba a los analistas y aficionados. La llegada del VAR a la Champions League no ha hecho más que dar un altavoz todavía más importante a esas discrepancias entre defensores y detractores.
Para muchos críticos del sistema, el nuevo sistema pervierte de alguna forma la esencia del fútbol, construida durante décadas con golpes de alegría inmediata y errores para la historia.(AFP/AIR)