La desafortunada defensa del Papa Francisco durante su visita a Chile al obispo Juan Barros, señalado como encubridor de abusos sexuales ocurridos por miembros d ela Iglesia generaron un enorme malestar. A tal punto que rápidamente Francisco pidió disculpas, “debo pedir disculpas porque la palabra “prueba” ha herido a muchos abusados, fue sin querer”, dijo en referencia a que mientras no se le presentaran pruebas él defendería a Barros.
“Sé que mucha gente abusada no puede traer una prueba, no la tiene o a veces la tiene y siente vergüenza, sufre en silencio. El drama de los abusados es tremendo”, agregó.
Sin embargo, en el día de ayer el Vaticano confirmó el envío de un representante para escuchar “a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer los elementos que poseen”. Se trata de Charles J. Scicluna, arzobispo de Malta y presidente del Colegio para el examen de los recursos en la Sesión Ordinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, es decir, quien se ocupa de investigar los casos de pedofilia y abusos sexuales dentro de la Iglesia.
Barros es señalado como encubridor del sacerdote Fernando Karadima, condenado por el Vaticano en 2011 por abusar de adolescentes durante los años 80 y 90. Tendrá que trabajar duramente la Iglesia para erradicar estas prácticas entre sus religiosos, ya que está visto que las simples prohibiciones no funcionan.