El 24 de marzo de 1980 fue asesinado el arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero. En 2015 fue beatificado, pero ahora se espera la canonización de Monseñor Romero.
El Vaticano abrió sus archivos y ahora pudimos ver que la investigación de la Santa Sede llegaba a conclusiones que podrían haber evitado 38 años de impunidad. La conspiración para darle muerte al arzobispo fue realizada entre el gobierno salvadoreño y un grupo paramilitar de extrema derecha llamado “escuadrón de la muerte”, que era comandado por el mayor del ejército, Roberto D’Aubuisson.
El asesino habría recibido mil colones, de acuerdo con el voluminoso informe de mil páginas, con lo que se busca apoyar la canonización del religioso. El presunto francotirador que dio muerte a Romero, sería Walter Antonio Álvarez, secuestrado y asesinado en 1981.
D’Aubuisson fue detenido algunos días después del asesinato, acusado de estar planeando un golpe de Estado. El documento dice que “Es probable que D´Aubuisson estuviera presente en el lugar de los hechos para verificar personalmente el exacto cumplimiento de la operación con la que se pretendía matar al Siervo de Dios”.
Del expediente forman parte extractos del informe de la Comisión de la Verdad que Naciones Unidas creó en 1992, luego de la firma de los Acuerdos de Paz para analizar los crímenes cometidos durante la guerra civil de El Salvador. Se calcula que fueron asesinadas más de 75 mil personas.