Exdirigentes y actuales líderes indígenas y campesinos consideran que sin alianzas no podrán triunfar en los próximos comicios.
Punto Noticias. Varios exdirigentes de la CONAIE y actuales líderes de organizaciones indígenas y campesinas instan a los Consejos de Gobierno de la CONAIE, sus regionales y al Consejo Político del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, a enfrentar unidos el próximo proceso electoral.
Estos personajes, entre quienes están Guillermo Churuchumbi, alcalde de Cayambe, Fernando Cabascango, presidente del Pueblo Kitu Kara, María Andrade, ex dirigente de la CONAIE, consideran que la participación electoral es parte de la lucha por construir el Estado plurinacional, un modelo económico más justo y equitativo para toda la sociedad.
Reflexionan en que la participación electoral, si bien no es la única vía, sí es un espacio de disputa por el poder y un escenario de difusión de sus propuestas a la sociedad. Pero, advierten que lo electoral no es solamente nombrar candidatos y salir a recoger votos.
Advierten, los dirigentes indígenas y campesinos, que empujar y sostener un programa de gobierno, avanzar y precautelar los cambios urgentes que demanda el país, no puede ser tarea únicamente del movimiento indígena; por eso sostienen que es necesario definir una estrategia de alianzas, que incorpore en un único frente a los movimientos y sectores sociales, que también han venido enfrentando al modelo inhumano que quieren imponer los grupos de poder. Es urgente un llamado a los sectores organizados, a la izquierda comprometida, que no ha renunciado a la lucha social, para construir una gran alianza para enfrentar las elecciones, la crisis y la pandemia.
“La unidad y los acuerdos son imprescindibles, pues el momento electoral tiende a ser adverso para los movimientos populares, ya que la derecha y los grupos empresariales aplicarán todo su poder político, económico y de control de los medios de comunicación para impedir que una fuerza contraria a sus intereses gane las elecciones”, señala una parte de la carta pública.
Alertan que es vital preservar la unidad del movimiento y de sus organizaciones de base; que son erróneas y peligrosas las desacreditaciones, descalificaciones y amenazas mutuas, porque en lugar de fortalecer pueden llevar a una implosión irreversible; las diferencias no pueden llevar a crisis. Un ambiente de conflictividades internas únicamente sirve para debilitar los procesos y beneficiar a los intereses de quienes quieren verles débiles y desunidos, recapacitan.
Proponen construir un programa anticrisis, desde los sectores sociales y populares; fortalecer la unidad interna; y, definir una estrategia de alianzas coherente con el programa. Creen que, sin estos elementos básicos, cualesquiera sean los candidatos, no solo disminuirán las posibilidades electorales, sino que irán hacia una derrota.
Este programa de gobierno debe tener orientaciones fundamentales: frente a la crisis garantizar prioritariamente la vida, la salud, la educación, la alimentación, la tierra, el agua, el trabajo, los derechos de la naturaleza, los derechos a una vida libre de violencia de las mujeres y por una sociedad antipatriarcal, la construcción del Estado plurinacional e intercultural. Es urgente priorizar la inversión pública en salud y educación y no en el pago de la deuda externa o en el funcionamiento de los organismos de represión, plantean,
Señalan que es vital transformar el modelo de desarrollo económico centrado en el extractivismo y la exportación de petróleo y minerales; orientar la economía hacia la producción de alimentos y bienes esenciales para la vida, fortaleciendo la economía real de la sociedad, los pequeños y medianos emprendimientos, las cooperativas, la economía familiar y comunitaria.
La recuperación económica no puede estar por encima de derechos colectivos, humanos, laborales, de las mujeres, de los jóvenes y niños. No puede ni debe sustentarse en la precarización del trabajo y en el empobrecimiento de la población, como lo está haciendo el gobierno de Moreno, sostienen.