Mark Zuckerberg, el dueño del coloso de las redes sociales, Facebook, compareció frente al Congreso de los Estados Unidos por el uso indebido de la información de los usuarios de esa red social.
La capacidad de influencia a través de algoritmos y adecuación de los contenidos según los criterios de cada persona, hacen de esta maquinaria una nueva herramienta electoral y comercial sin precedentes.
Facebook tiene más de dos mil millones de usuarios en todo el mundo, lo que lo convierte en la plataforma con mayor cantidad de información del planeta. Las revelaciones sobre el papel de Facebook en la explotación de información de usuarios por parte de una empresa llamada Cambridge Analytica, que usó esa información para apoyar la campaña presidencial de Donald Trump, así como en el resultado del “Brexit”, el referéndum que llevó a Reino Unido a abandonar la Unión Europea, exigen un mayor control del uso de esa información.
El senador Dick Durbin le pidió a Zuckerberg que le dijera todas las personas a las que le había escrito en la última semana y dónde había dormido el día anterior. Algo a lo que Zuckerberg se negó. Esa fue la estrategia para demostrar el derecho a la privacidad que deben tener todas las personas.
Los especialistas en estos temas son escépticos, porque creen que Facebook debe responder sobre su funcionamiento frente a expertos y no frente a senadores que ni siquiera entienden lo que están preguntando. A su vez, aclaran que la red social no vende los datos personales de cada uno, sino que ofrecen a la persona completa, ya que luego pueden manipularnos a tal punto que todos quedaríamos estupefactos.
La empresa Cambridge Analytica, cofundada por el exasesor de Trump, Stephen Bannon, y el multimillonario donante de Trump, Robert Mercer, un ideólogo de extrema derecha, generaron “perfiles psicográficos” de las personas en función de sus datos de Facebook y aseguran haber convencido a votantes indecisos de acompañar a Trump, como a votantes demócratas de no votar.
Facebook, Google, Twitter y otras plataformas de redes sociales se han convertido en ámbitos centrales de nuestras vidas modernas de interconexión digital, pero también en instrumentos de control de personas mayores, de más está decir lo que puede acontecer con los niños y niñas.