El Fondo Monetario Internacional (FMI) no da el brazo a torcer y le pide al gobierno haitiano que se plantee llevar adelante un aumento de los combustibles gradual. Durante el fin de semana el presidente Jovenel Moise dio marcha atrás en el aumento del queroseno y la gasolina, luego de fuertes movilizaciones, que incluyeron saqueos y caos en la capital del país, Puerto Príncipe.
El FMI piensa que es posible ir eliminando los subsidios a los combustibles de manera gradual para evitar que siga creciendo la protesta social. “Continuaremos apoyando a Haití y ayudando (…) a las autoridades a medida que desarrollan una estrategia revisada”, dijo Gerry Rice, portavoz del Fondo durante una conferencia de prensa.
Rice insistió en que el dinero que se utiliza en subsidios el gobierno podrá utilizarlo en medidas sociales, negando así que los propios subsidios sean una manera de combatir la pobreza extendida en todo el país.
Los ministerios de Economía, Finanzas, Comercio e Industria quisieron aumentar los valores del diésel en un 47 % y en un 51 % el queroseno, despertando una violenta revuelta, que la clase política todavía busca el modo de aplacar.
El acuerdo firmado entre el gobierno haitiano y el FMI en febrero, cuenta con una cláusula que exige la eliminación de los subsidios. Pero una población que vive con menos de dos dólares por día, no está dispuesta a sufrir las consecuencias de estas decisiones tomadas en despachos alejados de sus necesidades.