Hemos hablado del asesinato de estudiantes, del asesinato de periodistas, de políticos, de alcaldes, de mujeres. Asesinatos de todo tipo en México. Por eso no nos extraña las escalofriantes cifras de muertes violentas que acumula el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Durante el sexenio de gobierno del hombre del PRI se suman más de 105 mil investigaciones por homicidios, superando la cifra del anterior presidente Felipe Calderón que terminó con 103.537.
Peña Nieto ya supera en más de 1.700 homicidios a Calderón y le quedan siete agitados meses de gobierno antes de concluir su mandato. En los primeros cuatro meses del año, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, presentadas por el Secretario de Gobernación, se registraron 10.395 víctimas de homicidios dolosos en todo el país, una tasa de 8.3 víctimas de asesinato cada cien mil habitantes.
2018 ha sido especialmente violento en el estado de Baja California, seguido de Guerrero y, en tercer lugar, Guanajuato.
Felipe Calderón defendió las políticas de seguridad llevadas adelante por el gobierno de Peña Nieto, ya que continuaron con su línea de “guerra contra el narco” y lamentó que se lo hubiera criticado mientras gobernaba por haber “defendido a las familias”.
En el pasado mes de abril, Santiago Roel, fundador y director de la organización civil Semáforo Delictivo, informó para SinEmbargo que entre enero, febrero y marzo de este año la mayoría de los delitos en el país repuntó a niveles inéditos: el feminicidio, 18 %; narcomenudeo, 37 %; ejecuciones del crimen organizado, 35 %; homicidio doloso, 16 %; violencia familiar, 8 %, y robo de vehículos, en 7 %.
“Quién insista como candidato a la Presidencia en continuar con esta guerra no ha entendido las cosas. No es con más guerra como se combate la violencia; no es lo mismo fijarnos en un objetivo de guerra, que en un objetivo de paz”, afirmó Roel, especialista en temas de seguridad pública, al medio Economía Hoy.
Hay un fuerte activismo en México para eliminar los ejércitos de las calles de las ciudades y para bajar la intensidad de esta confrontación que está devastando a las nuevas generaciones. El discurso mayoritario de los políticos es continuar con esta Ley del Talión del ojo por ojo. Andrés Manuel López Obrador tiene una postura más dialoguista sobre el asunto, pero se encuentra presionado por una opinión pública conmocionada por la violencia y que cree que ese camino contrarrestará a los carteles de la droga. Este año se vota en México y un análisis de este fenómeno es imprescindible para votar con consciencia.