91 asesinatos después, el gobierno de Enrique Peña Nieto reaccionó a la matanza de candidatos de las elecciones de este año y llamó a los partidos y sus candidatos a no incitar a la violencia.
El secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, fue quien se pronunció en nombre del gobierno mexicano: “El Gobierno federal no es parte de este proceso electoral, pues mantendrá la imparcialidad que todos los servidores públicos están obligados en el marco de sus funciones, porque los únicos actores de dicho proceso son los institutos políticos, los candidatos y las autoridades electorales”.
Navarrete Prida manifestó la condena y rechazo absoluto a la violencia sufrida por los políticos y candidatos durante la campaña electoral. A su vez, negó que desde el Ejecutivo se esté buscando favorecer a ningún candidato, ni desmerecer a otro y aseguró que se busca preservar el estado democrático de derecho.
“La democracia es para fortalecernos, nunca para confrontarnos o debilitar la unidad de todos los mexicanos; por ello hago un llamado respetuoso a todos los actores políticos para que el contraste y el debate no se conviertan en encono, división y mucho menos incitación a la violencia contra partidos, candidatos o instituciones”, añadió el secretario de gobierno, quien no perdió oportunidad de señalar los presuntos progresos que vivieron los mexicanos con el sexenio de Peña Nieto.
Desde el comienzo de las campañas electorales en septiembre de 2017, 91 políticos fueron asesinados y otros tantos agredidos. Los casos siguen todos impunes, en lo que es un espiral de impunidad en México.