Tagua también cuestiona el nuevo concepto de acuerdos programáticos.
Punto Noticias. A propósito de la entrega del bastón de mando simbólico al presidente Guillermo Lasso, por parte de comunidades y organizaciones indígenas, Carlos Tagua, presidente de la Confederación del Movimiento Indígena de Chimborazo (Comich), reclama que “no se puede aceptar esta forma de folclor, irrespeto y violentación a nuestros símbolos, costumbres y tradiciones”.
Cuestiona que está de moda el famoso bastón de mando, que utilizan de manera folclórica, para buscar legitimación y credibilidad, pretendiendo entregar este símbolo ancestral a la presidenta de la Asamblea Nacional, Guadalupe Llori, y a Guillermo Lasso, presidente de la República.
A decir del dirigente indígena, Llori y Lasso son respetables autoridades públicas de elección popular, pero no tienen nada que ver con la estructura comunitaria y organizativa de los pueblos y nacionalidades del Ecuador, para recibir tal beneficio.
Tagua también critica lo que considera “el nuevo espectáculo que ofrece la mayoría de los movimientos políticos de cualquier ideología o territorio, que pone en evidencia que estamos ante un enorme nido de intereses, donde personajes conocidos han hecho de esto una profesión de vida, porque ni se inmutan ante el rechazo del pueblo. Solo justifican su baile político de intereses individuales, como “acuerdos programáticos”.
Sostiene que, si no está basado en filosofías ideológicas o en buscar mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos, no sirve. Si un acuerdo programático es para conseguir una presidencia, vicepresidencia o autoridades legislativas, solo servirá para imponer una serie de medidas en contra del pueblo, a cambio del reparto del Estado, advierte.
“La política es mucho más seria que un juego de toma y dame. Quien no tenga esa interpretación de la política honesta, está estafando al ciudadano. Pero a estas alturas, pedir a un político corrompido que pise el barro de la realidad cotidiana parece algo inverosímil, ya que se encuentran cegados en satisfacerse a sí mismos y luego a sus coidearios o círculo cerrado de aduladores, a quienes contentarán con migajas del reparto, para que sigan aplaudiendo y comentando positivamente a su favor en las redes sociales”, reflexiona el líder de la Comich.