Buscaba que ciertos grupos de poder y élites tengan una fuerza potente respecto a la gobernabilidad, al poderle meter la mano a las Instituciones de Control, agregó.
Marcela Aguiñaga, asambleísta por la Revolución Ciudadana, reprochó que a lo largo del tiempo el Legislativo se ha desconectado de la realidad y la grave crisis que vive el país, lo cual se evidencia en las reformas a la Constitución que se pretendían aprobar tras una propuesta de Pablo Dávila, el constitucionalista Hernán Pérez, el excanciller José Ayala Lasso y el escritor Simon Espinosa, a quienes los llamó como un rezago del Trujillato.
Señaló la importancia de empezar a analizar temas como el escándalo de la aplicación de vacunas donde hay ciudadanos VIP, mientras los vulnerables siguen esperando; además manifestó que otro tema que se debe resolver es el empleo o la crisis económica; es decir, todo lo que le preocupa a la ciudadanía.
“En ese contexto debatir reformas que no son necesarias, que no tienen que ver con el empleo, las vacunas, la salud, es evidente que reflejará un descontento”.
Puntualizó que la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana (Cpccs), la transformación de la Asamblea en bicameral y una mayor autonomía para la Fiscalía, no es urgente, además indicó que el único objetivo de las 44 reformas que se proponían era que ciertos grupos de poder y élites tengan una fuerza potente respecto a la gobernabilidad, dándoles poder para meter la mano en las Instituciones de Control.
La asambleísta mencionó que los únicos que votaron a favor de esta normativa y que, dijo, se demostraron de cuerpo entero son el bloque Social Cristiano, CREO y algunos independientes, pero no les fue suficiente ya que necesitaban una mayoría contundente de 91 votos.
“Todo lo que se denominó del centro a la izquierda se negó, algunos legisladores que vienen votando con nosotros en los últimos tiempos y un rezago de Alianza PAIS”.
A criterio de Aguiñaga, PAIS entendió que la traición no da votos pues fue castigado en las últimas elecciones como fue el caso del Presidente César Litardo. Aseveró también que Pachakutik y el BADI tampoco apoyaron las reformas: “En la lógica de leer lo que está pasando en el país”.
En todo caso, puntualizó que el CPCCS sigue con vida plena y aún tiene a su cargo llevar adelante el concurso de méritos para escoger a las autoridades de control: “Así que aquellos que anhelaban el pasado de las lógicas del reparto han tenido que guardar la fiesta sin que eso signifique que no puedan aprobarlo en otras vías”.