Editorial de Radio Pichincha
Un fuerte tufo a venganza se percibe desde esas esferas oficiales y sus acólitos.
No hay un solo día en que ciertos actores políticos que elevaron a los altares a don Guillermo ahora apunten sus misiles contra quienes han sostenido una postura coherente desde hace ya seis años. Por suerte aquellos que adoraban a Lenín Moreno y lo veían como un demócrata y hasta ensalzaban sus supuestas virtudes democráticas ahora callan y miran para otro lado.
Usando a ciertos testaferros de la política, esos grupos y personas que intentaron instaurar un régimen de terror y de persecución permanente ahora se enlodan en acusaciones y en diatribas. Incluso amenazan con juicios a quienes les denuncian sus “contradicciones”.
Son los mismos que no creen en la democracia cuando a don Guillermo le inician un juicio político con base en la Constitución. De la misma talla de los que insultaban de autoritarios y de prepotentes a quienes defendían el interés público y los recursos del Estado. Y son de la camada de aquellos que hablan de libertad de expresión y ahora quieren censurar a quienes expresan su opinión sobre la base de una realidad cruda y cruenta.
¿Acaso están conformes con las decenas de asesinatos diarios? ¿Con la temeridad con la que actúan las bandas criminales que no son combatidas por un Gobierno que se victimiza y deja pasar y hacer a los más grandes delincuentes?
Si creen que defender la democracia y la libertad de expresión es callarse frente a la sangrienta realidad de todos los días, ya no estamos solo ante odiadores a tiempo completo sino a seres en un estado de enajenación que les impide, incluso, lamentar el reguero de sangre y la mortandad cotidiana.
Pero la historia no registra jamás a los aduladores y a los mentirosos. Ya sabremos qué lugar ocuparán en el basurero de la historia y seguramente en el ostracismo de sus identidades políticas. PUNTO