Editorial Radio Pichincha
“A confesión de parte, relevo de prueba”. Es un lugar común y un axioma jurídico muy oportuno para comentar las declaraciones del “hombre duro” del Gobierno nacional, el accionista de Teleamazonas, dueño de bienes y propiedades que entran en conflicto con su cargo de Secretario de la Administración Pública. Hablamos de Sebastián Corral.
Este personaje, por muchos años muy funcional al banquero Fidel Egas, ha confesado que posee acciones en el canal del propietario del Banco Pichincha. Y como tal, al ejercer ese alto cargo, entra en un conflicto de intereses, con una situación para nada sensata y, por el contrario, con un trasfondo político muy importante. Es decir, ser accionista, no de monta menor, de un medio de comunicación, ya sabemos qué consecuencias trae.
No es el caso del señor Alfonso Espinosa de los Monteros, que siendo muy amigo e hincha de don Guillermo, podía alabarlo y hasta disfrazar cierta información con sus inclinaciones gobiernistas. Por último, Ecuavisa le pagaba bien para sostener la narrativa mediática del Gobierno actual, pero también de las dos campañas presidenciales. Pero Corral es otra cosa: es, NADA MÁS Y NADA MENOS, que el tercer cargo más importante dentro del gabinete, después del Presidente y Vicepresidente.
Todo eso sin descontar que Corral es caracterizado por quienes trabajan en Carondelet como un tipo, duro, grosero, altanero, mandamás y con unos aires de hacendado. Una prueba de ello fue el trato que le dio al exembajador argentino, cuando María de los Ángeles Duarte salió de la residencia del diplomático.
Ahora, en medio de una entrevista donde quiso lavar su imagen de tipo prepotente, ha dicho que como se trata de un trabajo temporal, no tiene por qué renunciar a las acciones de Teleamazonas ni a todo lo que con ello acompaña su trabajo. Es decir: “YO VIOLO LA LEY, PORQUE SOY SÚPER PODEROSO Y ESTE TRABAJITO EN EL GOBIERNO ES POR UN TIEMPITO”. Y así reproduce la misma práctica y comportamiento de sus amigos, empezando por don Guillermo, señalado en la investigación PANDORA PAPERS, de su excolega de Gabinete, Diego Ordóñez, con cuentas en paraísos fiscales, entre los más conocidos, pues no nos olvidamos de un tal Carlos Jijón, Roque Sevilla o un Juan José Pons. Todos ellos consejeros y allegados, con negocios en conflicto o en negocios con el Estado y por tanto inhabilitados ética y legalmente para ejercer un cargo público.
Y esto sin dejar de lado también a esos otros que reciben remuneraciones, financiamiento indirecto del Estado o de los financistas de la campaña de don Guillermo, como los Pelagatos, el Hijo Bobo y los periódicos y canales de la Mafia Mediática.
Es que así se ha comportado este aparato de la derecha: el poder, el Gobierno y la administración pública son TRABAJOS TEMPORALES. Quizá para hacer una “platita” extra, unos negocitos alternos y unos ingresos indirectos. PUNTO