Solemos agarrarnos las cabezas cuando hablamos de Europa y sus centros de internamiento de extranjeros y, lo más vergonzoso, las deportaciones forzadas. Mucho menos hablamos de las expulsiones que realizan los Estados Unidos.
Todavía no terminó el 2017, sin embargo ya se superó la cifra de 25 mil salvadoreños y salvadoreñas deportadas. No solo de los Estados Unidos de Norteamérica, sino también de los Estados Unidos de México.
Las cifras aportadas por la Dirección General de Migración y Extranjería de El Salvador, muestran que que casi 15 mil personas fueron deportados del país gobernado por Donald Trump y más de 10 mil del de su homólogo Enrique Peña Nieto.
Los deportados desde Norteamérica cuentan algunos con antecedentes penales y otros, simplemente se los echó por haber cometido faltas como orinar en la vía pública, cruzar mal un semáforo o tirar basura en la acera.
El dato muestra un descenso abrupto en las deportaciones a El Salvador. Trump expulsó un 48,6 % menos que la administración de Barack Obama, algo que se contradice con el discurso antiinmigrantes del magnate inmobiliario.
La población de El Salvador envió al país en 2016 más de 4.500 millones de dólares, el equivalente a más del 17 % del Producto Interno Bruto de la nación centroamericana.