En la ciudad balnearia de Mar del Plata, a unos 400 kilómetros de la capital argentina, miles de personas se movilizaron para rechazar que criminales de lesa humanidad de la última dictadura cívico militar y eclesiástica que asoló al pueblo argentino hayan recibido el beneficio de la prisión domiciliaria, habiendo sido condenados por crímenes atroces.
“Ni un minuto de paz para los genocidas”, fue el eslogan que convocó a un pequeño grupo de manifestantes más radicalizados frente a la casa del excomisario Miguel Etchecolatz. “No al indulto encubierto a los genocidas”, plantearon los jóvenes que utilizaron máscaras en memoria de Jorge Julio López, testigo desaparecido mientras declaraba contra el represor.
En la tarde del sábado, detrás de una bandera con la leyenda “la única casa para un genocida es la cárcel”, decenas de miles de personas marcharon desde los tribunales hasta la rambla marplatense.
Los manifestantes portaban una bandera argentina de varios metros con los rostros de las personas desaparecidas por los genocidas en Mar del Plata.
“Qué hermoso ver tanta gente al lado nuestro. Como marplatense, como Madre y Abuela de Plaza de Mayo no quiero que Etchecolatz esté en Mar del Plata”, agradeció y sentenció Angela Barili de Tasca con su pañuelo blanco en la cabeza y sentada junto a otras madres, abuelas, hijos, nietos recuperados y familiares de detenidos desaparecidos, víctimas de los delitos de lesa humanidad que Etchecolatz y otros genocidas cometieron durante la última dictadura cívico militar.
La histórica dirigente de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Lita Boitano remarcó que “hace 40 años que estamos reclamando por los derechos humanos pero nunca pensamos que tendríamos que volver a pedir cárcel para los genocidas. Cárcel común, perpetua y efectiva”, lamentó, al tiempo que recordó que “no solo hay domiciliarias para ellos ahora”, sino que “también hay presos políticos, como Milagro Sala; desapariciones forzadas seguidas de muerte, como la de Santiago Maldonado, y asesinados por protestar, como Rafael Nahuel”.