El exvicepresidente manifestó que está para dar la cara ante la tortura que vivió el pasado 5 de abril, durante la irrupción a la Embajada de México.
Punto Noticias.- El exvicepresidente Jorge Glas intervino durante la audiencia de habeas corpus solicitada a su favor para indicar que el pasado 5 de abril, durante la irrupción a la Embajada de México en Ecuador, lo torturaron para sacarlo de la sede diplomática en la que estaba a ese día en calidad de asilado político, para trasladarlo a la Unidad de Flagrancia como un trofeo de guerra.
De manera rápida, dijo que no se puede violar una Embajada para sacar a un asilado y les dijo a sus oponentes políticos que cualquier desavenencia política se sana en las urnas y no con meter preso a uno de los posibles candidatos.
Contó que el 5 de abril escuchó gritos del jefe de Cancillería y Asuntos Políticos, Roberto Canseco, por lo que pidió a su abogado Andrés Villegas que le pida a su nombre, al mandatario mexicano, Manuel López Obrador, y a la Canciller de ese país que se le otorgue una condecoración al diplomático.
Señaló que Canseco les decía a los policías que están violando tratados internacionales y el Código Integral Penal ecuatoriano.
Glas sostuvo que fueron entre 10 y 15 personas que estaban armadas y que cuando el abrió la puerta le apuntaron con linternas a la cara.
Relató que, en ese momento, se cayó y que le gritaban. Dijo que él solo pidió vestirse ya que estaba con pijama, así como que le dejen coger sus medicinas.
El exvicepresidente manifestó que en ese momento lo tiraron contra una pared, en la que se golpeó la cabeza. También recibió puntapiés y rodillazos en la cadera del lado derecho.
Manifestó que, en ese momento, trató de alejarse, pero que se lo tiraron encima y ya en el piso le pisaron el cuello y le patearon las costillas.
Añadió que uno de los enmascarados vestido de negro que se identificó como agente del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), le dislocó el pulgar izquierdo, pero luego que el dedo estaba colgado lo esposaron y le dislocaron el pulgar derecho como una señal de tortura.
Precisó que al mando del operativo también estaba una mujer que grababa todo lo que ocurría. En este punto, ante el Tribunal preguntó para quién grababa, ya que estaba en vivo.
Consultó si al otro lado estaba el Comandante de Policía o el mismo presidente Daniel Noboa. Aunque aseveró que preferiría creer que no sea Noboa porque eso le acarrea vergüenza como ecuatoriano.
Resaltó que al sacarlo de la Embajada lo cargaron como un trofeo de guerra y le volvieron a colocar sus pulgares en su lugar para llevarlo a Flagrancia para realizarle un examen médico.
Hasta dijo que un subteniente joven se grabó dos veces leyéndole los derechos. La primera vez que lo bajaban del carro colgado luego de la tremenda paliza que le dieron y después le inyectaron una medicina.
“Aquí planto la cara a todo este adefesio porque no se dice la verdad completa”, sentenció.
Comentó que cuando pidió la prelibertad por la unificación de penas en los Casos Odebrecht y Sobornos y se la negaron, le calificaron con el SNAI 2,88 sobre 10. Fue ahí que señaló a alias Rasquiña, a quien, dijo, le dieron 8 sobre 10.
Mencionó que tiene dos condenas que fueron unificadas con ocho años y que de esos estuvo preso cinco años cuatro meses.
Y añadió que, por peculado, la Fiscalía lo acusa por aproximadamente USD 370 millones de dólares en obras de Reconstrucción de Manabí. Expresó que fueron por 32 obras que no le gustaron a la fiscal general del Estado, Diana Salazar.
Acotó que no hay caso de peculado por la Reconstrucción de Manabí y por eso cuestionó del por qué no fueron vinculadas otras personas como el exprefecto de Manabí, Mariano Zambrano.
Bajo estas circunstancias y, desde la Cárcel La Roca, en donde cumple la orden de prisión preventiva, Glas exclamó que lo vivido “fue toda una tortura y humillación, ya basta hasta para hacer daño, manden a matar, pero ya no sean tan descarados”.