Este viernes 19 de julio, en el Centro de Arte Contemporáneo, se presenta la primera exposición de archivo LGBTI en Quito, que recoge material de luchas de más de 20 años
¿Cómo veían los diarios y revistas de Ecuador a los homosexuales, lesbianas y transexuales hasta hace algunos años? Mirar el pasado de la comunidad LGBTI es reflexionar en sus luchas, a menudo dolorosas y cargadas de violencia y discriminación, con un material frágil, no solo por el tiempo transcurrido, sino por su contenido. La muestra “Archivxs LGBTIQ+” convoca el pasado, los sueños, la resiliencia y la autodeterminación de una comunidad. Fotografías, recortes de prensa, material audiovisual e ilustraciones son algunas de las piezas que forman parte de las memorias de una disidencia.
“Quisimos abarcar la complejidad de todos estos años de búsqueda de un espacio social, de lograr la apertura de derechos. Distintos matices de una problemática”, dijo Linda Valdés, una de las curadoras de la muestra.
Repasando los recortes de prensa, publicados después de la despenalización de la homosexualidad en 1997, uno de los primeros datos que surge es la constante discriminación social y política, así como la represión policial que aún existía. Pero también muestra a individuos y colectivos que luchan por obtener un espacio en el ámbito educativo, social, de salud, políticos, entre otros.
“¿A dónde van en Quito?”, “Criaturas de la noche”, “El coraje de ser Homosexual”. Son algunos de los titulares más antiguos que la muestra recoge. Son 17 proyectos, entre nacionales y extranjeros, que reflexionan en la necesidad de visibilizar el camino recorrido por las disidencias sexuales y de género.
Valdés afirma que la memoria histórica es una pieza fundamental para entender el presente y las aperturas que existen hoy en el contexto local e internacional.
“Lo que hoy día se piensa como aperturas o transformaciones, no nació de la nada y el archivo permite reconocer la potencia de estas luchas”, indicó.
Nancy Garín, también curadora de la exposición, destacó la importancia de que los mismos colectivos y artistas que han luchado por más de 20 años en Ecuador, presenten su material y que no sea construido a partir de narraciones institucionales o gubernamentales que cuentan desde la parcialidad.
Además, recalcó la diversidad en las narraciones de la muestra que permiten entender la sociedad, desde la individualidad de cada pieza, pero que son parte de una lucha colectiva.
Es la primera exposición de archivo LGBTI que se presenta en Quito y que recoge material de diversas partes del país. Para Valdés, existe una gran precariedad del archivo LGBTI y lamentó que el material esté en una situación vulnerable. “Si no entendemos que son una memoria importante, se pueden perder pronto”, advirtió.
Son archivos, dijo, que a lo mejor se quedan en un lugar o se cuenta una historia parcial, pero al trabajar en conjunto se puede ir construyendo la historia con diferentes tipos de materiales y soportes.
La intimidad es otro de los puntos en común de diferentes piezas. Una serie fotográfica del Colectivo transgénero ubica momentos coyunturales, y personales; en otro espacio de la muestra, se observa la transformación de un trabajador de la amazonía hasta llegar a ser Nicole.
La mayoría de los trabajos posee un discurso político, no solo a nivel de las disidencias sexuales, también están las luchas indígenas, de las y los trabajadores.
De “delincuentes” a sujetos con derechos. La muestra recoge la fuerza de una comunidad violentada por la sociedad y el Estado. Son 22 años que han pasado desde la reforma al Código Penal ecuatoriano para que la homosexualidad deje de ser un delito, con penas de hasta 8 años. En 1998, se incluyó, por primera vez en la Constitución, la no discriminación por orientación sexual. En 2008, la nueva Constitución trajo la unión de hecho para personas del mismo sexo; en 2016, el reconocimiento del género de personas trans en su cédula de identidad; en 2018, se inscribió a Satya con el apellido de sus dos madres; al año siguiente, se aprobó el matrimonio civil ecuatoriano.