El medicamento ya fue aprobado en la India y tendría un costo aproximado de USD 2,00.
“Me preguntan sobre el dueño de la patente de mi vacuna, bueno, yo diría que es la gente. No hay patente. ¿Acaso se puede patentar el sol?”, fue la contundente frase con que, en 1954, el virólogo estadounidense Jonas Salk entregó al mundo la vacuna contra la polio. Ahora, siguiendo su ejemplo, la microbióloga hondureña, María Elena Bottazzi, anunció que hace pocos días su equipo ha logrado desarrollar una nueva vacuna contra la COVID-19 y la lanzará al mundo libre de patentes.
La científica quien codirige el Centro de Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas y la Escuela Baylor de Medicina, dos instituciones privadas sin ánimo de lucro en Houston (EE UU), anunció que India ya ha aprobado el uso de emergencia de su vacuna, cuyos estudios preliminares indican que tendría una eficacia del 90%.
La inyección, denominada Corbevax, se produce mediante un proceso similar al que se emplea en el desarrollo de la vacuna contra la hepatitis B, por lo que cualquier país podría elaborarla o adquirirla por alrededor de USD 2,00 cada dosis
Bottazzi espera que con el apoyo de la India pronto se apruebe esta vacuna también en otros países, como Indonesia, Bangladesh y Botsuana; naciones cuya actual situación económica hace que adquirir esta herramienta tan importante contra la lucha del coronavirus sea casi imposible y que dependan en su mayoría a las donaciones de otros Estados con mayor capacidad adquisitiva.
Sin embargo, la distribución mundial que busca la científica deberá esperar aún la aprobación de diferentes entes reguladores como la FDA, ya que si bien el laboratorio detrás de esta nueva vacuna asegura que es totalmente segura, los estudios se han hecho con apenas 3.000 personas por lo que las regulaciones del país de origen de Corbevax aseguran que aún son insuficientes. Aún así su desarrolladora, se muestra optimista y ha indicado que con la aprobación de la India también se podrán realizar más estudios y recopilar una mayor cantidad de datos en bace a los resultados que arroje la inoculación con su vacuna en dicho país.
El programa que ha logrado desarrollar esta vacuna no es nuevo y ha trabajado en la investigación y desarrollo de diferentes medicamentos y ya había realizado diversos estudios sobre la bace del virus SARS, del cual se aprovechó los conocimientos y mediante múltiples inversiones privadas que participaron de forma benéfica y desinteresada, finalmente se consiguió obtener esta nueva herramienta que de ser adoptada por más países podría significar la aceleración de los programas de vacunación a nivel mundial.
Redacción: Ángel Cóndor