El ministro de Seguridad Pública de Brasil, Raul Jungmann, en declaraciones a la radio CBN, admitió que la principal hipótesis sobre el asesinato de la concejal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Marielle Franco, es que se trate de un crimen cometido por milicias parapoliciales. Al menos, eso es lo que baraja la Policía Civil de Rio de Janeiro.
Esas milicias son conformadas por expolicías y policías corruptos que controlan los territorios más populares para llevar adelante negocios ilícitos ligados al narcotráfico y la trata de personas.
Franco, por su labor en la comisión parlamentaria que investigaba el funcionamiento de estas mafias paraestatales, estaba expuesta a represalias de estos extorsionadores.
Pasado un mes de su asesinato, miles de cariocas se dieron cita para continuar reclamando justicia para la “hija de las favelas”, como se conoce a Marielle Franco.
Jungmann aseguró que ocho equipos distintos están trabajando en la investigación del asesinato y así buscaba responder a las críticas por la lentitud en los avances en el encuentro de los culpables. El ministro además dijo que todavía era muy pronto, que estos casos suelen llevar un poco más de tiempo para ser resueltos.
En una de las balas se encontró una huella digital parcial, lo que puede permitir dar con los ejecutores del crimen, lo que es importante es que se esclarezca quiénes están detrás de la decisión de masacrar a la líder social.
El mismo día en el que el ministro de Seguridad vinculaba el asesinato de Franco con la comisión parlamentaria que investigó el funcionamiento de las milicias, se le retiró la protección policial al otro edil del PSOL, Marcelo Freixo, que fue el presidente de esa comisión.