El operativo se dio al pie del río Putumayo y se estima que cerca de 200 guerrilleros recibían formación teórica y práctica.
Punto Noticias.- Las Fuerzas Armadas encontraron un extenso centro de entrenamiento de la narcoguerrilla colombiana en nuestro territorio. En la zona selvática se formaban cientos de jóvenes en tácticas subversivas.
Si bien en la Amazonía ecuatoriana muchas de las comunidades viven del comercio, la agricultura y la pesca, les preocupa que, en los departamentos de Nariño y Putumayo, en el lado colombiano, los grupos irregulares cosechen 450 toneladas de hojas de coca al año, materia prima para producir cocaína.
Esta situación motivó a que las autoridades estén alertas. La Brigada de Selva Napo, por ejemplo, ejecuta controles en esa zona fronteriza.
Para dar con el campamento, más de 3 mil hombres de las provincias de Orellana y Sucumbíos dirigidos por el comandante de la brigada, Milton Rodríguez, participaron del operativo.
Según el comandante existirían grupos irregulares que operan en nuestro país, al pie del río Putumayo, una zona conocida como “caliente” por el alto riesgo que conlleva la presencia de guerrillas formadas por disidentes de las FARC y financiadas por cárteles del narcotráfico.
El operativo arrojó el hallazgo del centro de entrenamiento de la guerrilla colombiana que habría sido ocupado por el denominado Comando de la Frontera, un grupo narcoguerrillero asentado en esta zona para custodiar sembríos de coca, transportar el alcaloide por los ríos fronterizos y darle seguridad hasta su salida por puertos ecuatorianos.
El campamento tiene características similares al campamento de Angostura, donde fue abatido el segundo de las FARC, alias Raúl Reyes, en marzo de 2008, en la denominada operación Fénix. La base clandestina de esa época estaba a 60 kilómetros de donde fue encontrada la actual.
Según las Fuerzas Armadas, en el nuevo campo de entrenamiento aprendían tiro y tácticas subversivas. Su infraestructura evidenció que es la base más grande hallada en los últimos años y donde cerca de 200 guerrilleros recibían formación teórica y práctica en la selva ecuatoriana.
En el gran campamento estaban distribuidos dormitorios, áreas de alimentación, baños y estaba conectado por senderos entre la selva.
Las Fuerzas Armadas accedieron a los listados con los nombres de los cursantes, incluso sus instructores, además de cuánto les pagaban cada mes por ser parte de estos grupos irregulares.
También se decomisaron cientos de municiones, armas, mochilas de entrenamiento, uniformes y distintivos.
Fuente: Ecuavisa, redes sociales