La noticia se difundió en redes sociales, pero hasta el momento no se localiza a los familiares de esta persona.
En la Iglesia de San Francisco, en el centro de la ciudad de Guayaquil, una mujer de la tercera edad fue abandonada. El caso de Luz María se viralizó rápidamente mediante las redes sociales y permitió que la mujer fuese asistida por las autoridades municipales.
La difusión del caso se realizó la noche del lunes por redes sociales y, posterior a esto, miembros del personal de la Empresa Pública de Desarrollo Acción Social y de Educación (DASE); procedieron a evaluar el estado de salud de esta persona que fue abandonada en su silla de ruedas.
Los familiares de la mujer aún no se han hecho presentes, y las autoridades no han realizado declaraciones sobre las circunstancias en las que se habría realizado el abandono; sin embargo, por ahora, la anciana pasó la noche en el albergue municipal Volver a Soñar.
En el Ecuador, la Ley del Adulto Mayor, que está vigente desde el 2019, establece una corresponsabilidad fundamental de la familia de la persona mayor de 65 años y estipula que los parientes también deben cubrir sus necesidades básicas como una adecuada nutrición, acceso a la salud, el derecho a una vida digna, a una pensión si no pudiese acceder a un ingreso propio y a la vivienda.
En este último apartado, la Ley es enfática y recalca que las personas adultas mayores tienen derecho al disfrutar de una vivienda digna y adecuada; y a residir en su propia vivienda por el tiempo que sea necesario, sin que su familia o apoderados puedan limitar su derecho de uso, goce y disposición.
Sin embargo y pese a la vigencia de la Ley y la existencia de garantías para los derechos de los adultos mayores en el país, las condiciones de vida de la mayoría de ellos no son buenas. Según cifras del MIES, el ingreso promedio de la población adulta mayor en 2020 fue de USD 276,80, una disminución progresiva que contrasta con el incremento anual de la canasta básica que para febrero del 2022 se situó en USD 725,16; un hecho que dificulta aún más la vida de las personas de la tercera edad.
Redacción: Ángel Cóndor