Santiago de Chile, 15 oct (Prensa Latina) Organizaciones y entidades públicas, multilaterales y privadas llamaron hoy a empoderar económicamente a las mujeres para revertir el alza de la pobreza por impacto de la pandemia de Covid-19 en América Latina y el Caribe.
Para ello, impulsan la campaña #MujeresRurales, con el propósito de promover la autonomía económica de campesinas, indígenas y afrodescendientes, con políticas y programas que les permitan acceder con equidad a recursos productivos, protección social, capacitación y sumándolas a las decisiones en la recuperación pospandemia.
Según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, se demanda una fuerte reacción política, estatal, intersectorial y de la cooperación al desarrollo, para que la región pueda avanzar hacia un ejercicio igualitario de los derechos de mujeres y hombres, como única vía para alcanzar sociedades más equitativas y resilientes.
Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), indican que la pobreza extrema en zonas rurales podría alcanzar al 42 por ciento de la población, con lo cual 10 millones de habitantes rurales, de ellos seis millones son mujeres, podrían quedar con ingresos insuficientes para las necesidades alimentarias básicas.
Durante la pandemia, las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes que trabajan en el campo continuaron sus labores para responder a la demanda de alimentos en las ciudades, en las comunidades rurales y en sus propias familias.
Sin embargo según advierte la FAO, realizan sus actividades enfrentando desigualdades como el trabajo informal, sobrecarga de labores domésticas no remuneradas, dificultad para acceder a recursos productivos y barreras para comercializar sus productos en los mercados, además del incremento de la violencia de género.
Para que las medidas de recuperación pospandemia sean efectivas la FAO propuso, entre otras, incluir el enfoque de género en las estrategias de respuesta a la Covid-19 y potenciar programas y proyectos de seguridad alimentaria y nutricional, a fin de atender las necesidades urgentes de los sectores más vulnerables.
También, impulsar programas productivos, de protección social y de fortalecimiento de capacidades orientados a la agricultura de pequeña escala, y considerar como un pilar prioritario de la reactivación económica, la instalación de sistemas de cuidado, educación, alimentación escolar y reducción de la violencia de género.
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