La Cámara de los Representantes estadounidense aprobó el martes la ley conocida como Nica Act, que busca que los Estados Unidos exijan a las instituciones financieras internacionales que eviten cualquier préstamo a Nicaragua, hasta que no “haya mejoras democráticas”, dijo el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, Ed Royce.
Si bien, advirtió que el proyecto de ley no pretende “castigar al pueblo nicaragüense” y que la norma contempla permitir préstamos con fines humanitarios de ser necesario.
La Nica Act necesita pasar por el debate y aprobación del Senado antes de convertirse en ley y será Donald Trump quien tendrá la última palabra, firmándola o vetándola.
La respuesta no tardó en llegar desde el gobierno nicaragüense, que lo calificó como “una violación a la soberanía de Nicaragua, y una negación de todos los procesos políticos, sociales, culturales y económicos” que tiene el país, dice el comunicado que leyó en público la vicepresidenta Rosario Murillo.
Desde abril se esperaba que cayera este balde de agua fría para el país y quizás lo sorprendente es que haya demorado tanto en su aprobación, opinaba José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada de Nicaragua (Cosep).
Algunos congresistas, como Vicente González de Texas, adujeron que la ley podía fomentar la migración irregular hacia los Estados Unidos, además de tensar la relación con Nicaragua. “Nicaragua tiene sus desafíos económicos y políticos, pero ha avanzado hacia la resolución de la pobreza, el cambio climático y hacia el crecimiento de su economía”, dijo González en el Congreso.