La escalada de casos ha obligado a las autoridades de la capital china a imponer nuevas medidas de bioseguridad.
Este lunes 15 de junio, varios Distritos de Pekín levantaron bases de control de seguridad sanitaria, cerraron escuelas y realizaron pruebas de detección de COVID-19, después de que surgiera un brote de casos positivos, que habría surgido en un mercado de alimentos al por mayor.
El país asiático reportó el domingo el peor registro diario de casos de coronavirus desde abril. En total se han confirmado 79 nuevos casos en los últimos cuatro días, según confirmaron las autoridades Chinas.
El reciente foco de contagio fue identificado al sur de Pekín, en el mercado de Xinfadi, uno de los centros de abasto más grandes de esta ciudad, que comprende una extensión de 160 campos de fútbol, y es considerado 20 veces más grande que el mercado de Wuhan, donde se presume, se habría originado el nuevo coronavirus.
Más de una decena de barrios residenciales retomaron medidas de confinamiento y de seguridad sanitaria, entre ellas, el cierre de escuelas, que habían retomado sus actividades.
Según un epidemiólogo del gobierno de Pekín, la secuencia del ADN del virus en este nuevo brote, en Xinfadi, podrían ser exportado de Europa.
«El patrón de mutación y transmisión del nuevo coronavirus aún no se entiende del todo, y dado que la epidemia aún se está propagando en el extranjero, la situación en la capital es muy grave», dijo Xu Hejian.
Los Gobiernos de distintos distritos chinos advirtieron a sus ciudadanos que no realicen viajes a Pekín si no son esenciales. Además, implementaron protocolos de bioseguridad y aislamiento a las personas que llegan desde la capital.
Fuentes: El Comerco / Forbes