Hace algunos días les habíamos contado sobre la decisión del gobierno de Michel Temer en Brasil de abolir la abolición de la esclavitud. Nos espantamos. También se espantaron los expertos de Naciones Unidas en derechos humanos.
Y ayer le pidieron a los brasileños que adopten medidas urgentes para frenar las normas que reducirían la protección de las personas que sufren esclavitud moderna y dejaría de regular a las empresas.
La relatora especial sobre las formas contemporáneas de esclavitud, Urmila Bhoola, destacó su preocupación por la orden ministerial 1129 que limita la definición de esclavitud moderna ya que la medida representa “un paso atrás” en la regulación de las empresas en Brasil.
Surya Deva, presidente del Grupo de Trabajo del a ONU sobre Derechos Humanos, Empresas Transnacionales y otras Empresas, advirtió que era un retroceso desarticular iniciativas que habían sido beneficiosas como la llamada “lista sucia”, que informaba sobre empresarios que usaban mano de obra esclava y también mostró preocupación por el recorte presupuestario que sufre la inspección de trabajo dedicada a la localización de víctimas y eliminación de la esclavitud.
Las órdenes emanadas del ministerio de Agricultura que ocupa el Rey de la Soja, el investigado por cuentas offshore Blairo Maggi, fueron suspendidas temporalmente por el tribunal Supremo Federal, a la espera de una exhaustiva revisión de sus efectos.