Editorial de Radio Pichincha
No solo el sentido común indica que, si algo no funciona una vez, hacerlo de nuevo ya es testarudez, capricho o algo que se oculta porque a alguien le rinde buenos réditos, no necesariamente políticos.
Imaginemos por un minuto que la aplicación de una vacuna contra el coronavirus no hubiese dado resultado, al más común de los mortales JAMÁS SE LE HABRÍA OCURRIDO volver a poner la misma vacuna. Habría optado por otra. Y así hasta acertar.
Pero parece que a don Guillermo los estados de excepción le gustan, le encantan o algún amigo se está haciendo platita con ello. No se entiende de otro modo, porque ya van 16 medidas de esta naturaleza en lo que va de su gobierno y al contrario de lo que busca, se agudiza la violencia.
Y no solo es un grave problema de muertos, heridos, asaltos y estallidos criminales, sino que conjuntamente con eso, que ya de sí es grave, se afectan otros factores y actores de la economía y de la producción.
Al menos ya es UNA PANDEMIA DE INSEGURIDAD LA QUE VIVEN provincias como las de Guayas y Esmeraldas, ya van por ese camino las de Los Ríos y la de Santa Elena. Y como tal constituye un asunto de suma gravedad, de una urgencia de terapia intensiva.
Todo hace pensar que, sin ser la varita mágica, en cada estado de excepción se desatan todos los diablos, los males, las perversidades de los criminales.
Siempre nos vamos a preguntar: ¿los policías y militares, que también son víctimas de la acción gubernamental se sentirán contentos, satisfechos o sensibles con lo que decide su comandante en jefe, que todo el tiempo usa gorritas de militar y policía como si con eso su cabeza se llenara de cierta sapiencia castrense?
Pues no, todo indica que no. ¿Quién le hace entender a él y su círculo cercano que el país no aguanta más otro estado de excepción sin resultados?
Ojalá el juicio político sea un medicamento, al menos, para el entendimiento y que entrando en razón se vea una luz al final del túnel y que no sea la luz de un tren que nos arrolle a todos y nos aniquile como sociedad. PUNTO.