Carlos Fadigas en 2013 dirigía la filial mexicana de la petroquímica de origen brasileño Odebrecht. Braskem-Idesa, el nombre de la empresa en una junta de accionistas, recibió de parte de Fadigas una confesión “acompañamos de tiempo completo toda la campaña del PRI, del partido PRI, y del actual presidente Enrique Peña Nieto. No sólo de él, sino también de su equipo”.
Además los documentos dan cuenta de tres transferencias por 1,5 millones de dólares para el PRI a través de una empresa en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes, bajo la coordinación de Emilio Lozoya Austin, quien se desempeñaba como coordinador de Vinculación Internacional del candidato del PRI.
Enrique Peña Nieto admitió haberse reunido en varias oportunidades con directivos de la empresa entre 2010 y 2013, pero negó haber recibido fondos para el financiamiento de la campaña electoral de 2012.
Odebrecht opera en México desde 1992 y llegó a ser la séptima empresa más grande de Latinoamérica.
Eduardo Sánchez, el vocero presidencial, aseguró que ningún funcionario de la firma tuvo relación con la campaña presidencial, ni tampoco una vez electo.
“Autoridades electorales auditaron las fuentes de financiamiento y gastos ejercidos por el Partido Revolucionario Institucional en dicha campaña, y dictaminaron la legalidad de dichos comicios”, sentenció el vocero.
Desde la dirección general de la empresa, niegan tener conocimiento sobre los supuestos pagos realizados para el candidato del PRI, como constan en los documentos divulgados por la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).