Editorial de Radio Pichincha
En un sinnúmero de intervenciones, Don Guillermo habló de un supuesto pacto entre el gobierno del expresidente Correa y varias bandas delictivas; incluso, varios candidatos quisieron pescar a río revuelto y lo utilizaron en esta y en varias campañas para ensuciar la imagen de los candidatos por la Revolución Ciudadana.
Pero, si el karma existe, este es un buen momento para hablar de él.
Solo tenemos que recapitular un poco: Lasso acusó a los gobiernos anteriores de pactar con bandas criminales y, en el juicio político que se desarrolló en su contra, se demostró un presunto vínculo de su cuñado y mentor, Danilo Carrera, con Rubén Cherres y la Mafia Albanesa.
Cuando los ecuatorianos nos estábamos olvidando de esto, estalló una nueva masacre en las cárceles, en la que el Gobierno no pudo controlar nada y se detuvo únicamente cuando los líderes de las principales bandas delictivas lo ordenaron.
En esos momentos de zozobra, los propios guías denunciaron que, desde hace cinco años, el Estado perdió cualquier tipo de control en estos centros penitenciarios y no solo eso, sino que revelaron que todo el arsenal de armas que “supuestamente se decomisa”, entra por la puerta principal, a cualquier hora y a vista y paciencia de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas.
Pasaron unas horas y el máximo líder de “Los Choneros”, alias Fito, publicó un video dentro de la cárcel. Aquí se mostró junto a varias personas fuertemente armadas; entre ellas, un alto funcionario de inteligencia de la Policía; así como lo escucha, UNO DE LOS MANDOS MÁS ALTOS DE ESTA INSTITUCIÓN TRABAJA COMO ESCOLTA PERSONAL DE ALIAS FITO.
Luego, Los Tiguerones dieron una rueda de prensa desde la Cárcel de Esmeraldas y aparecieron junto al Director de este centro, un funcionario nombrado por el SNAI, que depende directamente del Ejecutivo.
Y, por si fuera poco, en otro video “Los Lobos” agradecen públicamente al Ministro del Interior, Juan Zapata, por “dar oído a sus pedidos” e indican que gracias a esto se logró un “diálogo de paz”.
Con todo esto, poco o nada se puede creer en las palabras vacuas de Don Guillermo, cuando asegura que mantiene el control de las cárceles y de todo el país, ya que solo evidencia que sí existió un pacto con las mafias, pero no en otro gobierno sino EN SU GOBIERNO. PUNTO