El Gobierno ha continuado con un modelo de gestión penitenciaria que produce violencia, agregó.
Jorge Núñez, director de Kaleidos, investigador e integrante de la Alianza Contra las Prisiones, destacó su preocupación sobre el uso que se le ha dado a las cárceles, mismas que hace años atrás sirvieron para gestionar problemas sociales como la falta de salud, trabajo o educación, y hoy se lo hace para tratar problemas políticos relacionados con la protesta social y el disenso.
“La narrativa del Gobierno sobre lo que pasó en el paro es lo que supuestamente ha dicho inteligencia policial y hablan de narcotráfico y tratan de señalar a actores políticos concretos”.
En ese sentido instó a que el primero lugar se cree un sistema de fiscalización a lo que llaman inteligencia policial, pues también se debe reconocer que aquello no es más que un intercambio de mensajes por whatsapp entre un policía y un privado de libertad, mismo que no corresponde a inteligencia.
Criticó que el régimen continúe con un modelo de gestión penitenciaria que produce violencia y que cuya solución no está en construir más cárceles, ni dotar de más tecnología o escáneres, sino de impulsar una moratoria de la prisión preventiva para despoblar los Centros Penitenciarios: “A partir de quitar los delitos de pobreza”.
Indicó que otro punto es gestionar el modelo penitenciario tomando en cuenta que a partir del 2015 las cárceles se convierten en una fuente de información para conocer sobre los delitos como el mercado de cocaína, aquello empezó como una unidad pequeña de inteligencia policial con relaciones clandestinas donde una autoridad y una persona del crimen que compartían información a cambio de favores en un tiempo. Sin embargo a partir de 2019 que ocurre el desmantelamiento del Ministerio de Justicia se genera un modelo policial y la inteligencia se convierte en el objetivo principal frente a las cárceles: “Las fuentes humanas que reclutó la policía son los líderes de las bandas, que son quienes explican las masacres luego de que ocurren y a la vez las propician”.
Respecto a la pésima gestión tras la masacre, donde se confunden cuerpos con cabezas de otros privados de libertad, Núñez aseveró que los equipos de criminalística son de la Policía y son de rangos menores a los que controlan las cárceles, entonces no son informes independientes.