Recién este martes la primera ministra británica, Theresa May, consiguió conformar el nuevo gabinete de cara al último tramo de su mandato y previo al Brexit. Sin embargo, a último momento debió destituir al secretario de Comercio Internacional Mark Garnier, quien está acusado de acoso sexual.
Pese a perder el cargo de secretario, continúa ocupando su banca en la cámara de los comunes. El escándalo que lo salpica tiene que ver con las declaraciones de su exsecretaria personal, Caroline Edmondson, que le dijo a un diario británico que le había hablado de manera inapropiado y la había enviado a comprarle dos vibradores a un sex shop.
El trato de alto contenido sexual y despectivo era habitual de Garnier hacia Edmondson, algo que el diputado aceptó este domingo. Si bien fuera del gabinete, aseguró que ayudará a May desde su lugar en el parlamento.
Garnier admitió los hechos, pero dijo que no consistieron en acoso sexual ya que se trataba de una manera “divertida” de dirigirse hacia la secretaria y que una comisión investigadora determinó que el político conservador no infringió las normas y lo absolvió por su comportamiento, ocurrido en 2010.
La renovación de parte de su gabinete que está realizando Theresa May fue duramente criticada por el líder laborista Jeremy Corbyn, quien acusó a la primera ministra de utilizar la reorganización para “esquivar los problemas reales” en un ejercicio de “relaciones públicas sin sentido y mediocre”. Corbyn consideró que “la gente está muriendo por las decisiones de este gobierno”.