Cree que es una forma de enfrentar el deterioro en la salud mental de estudiantes y docentes.
Punto Noticias. El representante de Unicef en Ecuador, Joaquín González-Alemán, saluda la decisión del gobierno de Lasso de reabrir, de manera paulatina, los establecimientos educativos, para que niños y jóvenes retornen a clases presenciales.
No le parece coherente mantener las escuelas cerradas, durante 15 meses sin que los niños pisen la escuela, cuando todo lo demás está abierto en el país. Las escuelas deberían ser lo último en cerrar y lo primer en abrir, a su criterio.
Dijo entender el temor de las personas, porque la pandemia continúa entre nosotros, pero destacó que la evidencia científica de otros países que han abierto las instituciones educativas demuestra que estas no son vectores de contagio del COVID-19.
“Los niños tampoco son los supercontagiadores, no viven de la misma forma que nosotros y llevan 15 meses sin ir a la escuela. Lo que estamos pidiendo es que vayamos tomando contacto, poco a poco, de manera progresiva, biosegura y voluntaria; que tengan un contacto con el colegio, como lo tenían hace 15 meses”, manifestó González-Alemán.
Aclaro que no están pidiendo que vuelvan a clases cinco días a la semana, ocho horas al día, sino retornar dos o tres días a la semana, dos o tres horas al día, lo que haría mucho bien a los chicos, a los padres y relanzaría la ilusión de que, cuando llegue septiembre, puedan retomar las clases presenciales en la Sierra y en la Costa continuar con estas.
El representante de Unicef comentó que, como consecuencia del confinamiento obligatorio, cuatro de 10 adolescentes declararon estar tensionados, angustiados, con problemas de relacionamiento. Los docentes también han tenido estos problemas. Un 20 % señaló que se encontraba en situación de ansiedad, angustia, por no saber qué depara el futuro.
La pandemia afectó mucho a todos, por lo que nos hemos dado cuenta de la importancia de la salud mental, equiparándola con la salud física, apuntó el funcionario internacional.