Guardaparques monitorean el proceso eruptivo que comenzó en mayo de 2019.
Punto Noticias.- Tras el proceso de erupción volcánica del Sangay, una parte del bosque del Parque Nacional, que lleva el mismo nombre, se convirtió en un área llena de piedras, troncos, ramas y arena.
En ese lugar, en donde se unen los ríos Volcán y Upano confluyen los materiales que fueron arrastrados por los flujos de lodo y lahares. A este sitio se llega después de 90 minutos, partiendo desde Macas, capital de Morona Santiago.
Son dos semanas que desde el río Volcán el agua baja turbia, por la actividad que mantiene el Sangay desde el 7 de mayo de 2019. Esto afecta a su afluente el Upano, cuya agua era cristalina y servía para los sectores ganadero y turístico.
Agustín Carreño es uno de los guardaparques del Sangay. Recuerda que hace cuatro meses las zonas aledañas a los ríos estaban cubiertas de bosque. “La lava se acumula y provoca represamiento, luego hay un desfogue violento y esa avalancha se lleva las piedras y el bosque”, precisó.
Por otra parte, el Ministerio del Ambiente dispuso que los guardaparques se mantuvieran en permanente monitoreo de los eventos que se generen en el volcán o en la confluencia de ambos ríos. La idea es adoptar acciones oportunas para evitar cualquier contratiempo en las poblaciones de San Luis, Wapu y Quinta Cooperativa.
Fuente: El Comercio, redes sociales.