La muestra pictórica “Las piernas me tiemblan de alegría” estará hasta el 1 de mayo en el Centro Cultural MediaAgua
Punto Noticias. Cuerpos en un intenso rojo se diluyen en un frenesí sexual, que inclina la realidad de un Guayaquil que arde junto a ellos. “Puede un espíritu ser ciudad?” es la obra del artista Stephano Espinoza, que abre su muestra “Las piernas me tiemblan de alegría”, expuesta en el Centro Cultural MediaAgua, en Quito, con la curaduría de Juan Felipe Paredes.
“Mientras tienes sexo todo se mueve, te tiembla”, cuenta Espinoza sobre este primer cuadro, un óleo sobre lona de 118 x 88 cm que cuelga en una de las salas. El artista guayaquileño utiliza la pintura como una forma de hacer memoria, de regresar a momentos específicos que causaron curiosidad en él y al plasmarlos se abren nuevas interrogantes.
La muestra –y gran parte de su obra- cuestiona estereotipos y prejuicios sexuales. Como activista, gestor cultural y artista, apuesta a lo incómodo y aborda desde la interpretación artística la reivindicación del cuerpo y del deseo, de un cuerpo marica y un deseo sin vergüenza.
“Sigo borrando tus caras como si eso hiciera
De mi obsesión algo más discreta.
Recuerdo alzar mi vista al techo rojo,
El cuarto rojo y tu cara, rojo de ira.
Me cogiste como esta ciudad se coge
A todos sus maricones
Las piernas me tiemblan de alegría”
Es uno de los textos que el artista incluye en la descripción de la obra. Un techo rojo, un cielo rojo, que podría ser el descrito por Lemebel para que los cuerpos puedan volar en su revolución.
La escritura no es indispensable en su proceso creativo, pero otorga a la palabra como a la imagen el mismo poder narrativo y así resolver los contratiempos: redactando extensos textos que profundizan la poética de su pintura.
Inquieto desde pequeño, Espinoza retrata cuerpos en constante movimiento, algunos tensionados, otros más cómodos, pero nunca estáticos. La mayoría de sus obras son autoreferenciales y, en algunos casos, podrían ser diferentes tipos de autoretratos.
“Puede un espíritu atravesar columnas?” es otra de las propuestas artísticas con colores más armoniosos -en comparación con el resto de la muestra- pero persiste el conflicto y su reflexión sobre la construcción de la familia desde las disidencias sexuales.
Su trabajo con el cuerpo es político, al dejar las restricciones anatómicas y pintar cuerpos más andrógenos, irregulares -que en ocasiones no llegan a ser cuerpos, sino espíritus– para no seguir invadiendo los espacios con figuras hipermasculinas.
La muestra estará expuesta hasta el 1 de mayo, pero por el estado de excepción que rige en Quito, su obra se podrá visitar hasta el 31 de abril en el centro cultural MediaAgua, en la Floresta.