La Paz, 6 sep (Prensa Latina) El golpe de Estado boliviano de noviembre de 2019 tuvo un trasfondo de corte racista dirigido a eliminar los avances de protección e inclusión para los pueblos indígenas, declaró hoy un exfuncionario de la ONU.
La asonada pretendió una especie de retorno a la República de antes de la creación del Estado Plurinacional, aseguró el exrepresentante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el país andino, Denis Racicot.
‘Los hechos violentos que se manifestaron a lo largo del periodo de golpe de Estado fueron precisamente para eliminar todo lo logrado en la sociedad con el proceso de cambio’, añadió el exvocero, según la Agencia Boliviana de Información.
De acuerdo con Racicot, los avances en el reconocimiento de los derechos de los indígenas, y, en particular, de sus mujeres, generaron una suerte de rabia en una clase social del pueblo situada del lado del golpismo.
‘Los mecanismos de protección e inclusión para esos pueblos originarios en la vida económica, social y política del país, en particular su representación femenina en el Parlamento, ofuscaron a ese segmento poblacional entre los golpistas’, opinó Racicot.
El exdirectivo de la ONU consideró que, por ejemplo, la Biblia en la autoproclamación como presidenta de Jeanine Áñez ‘fue usada para generar un símbolo de retroceso en los avances logrados hacia la inclusión y coexistencia de varias religiones’.
Para Racicot, aquel momento impactó de forma dolorosa, como cuando los militares apartaron la Wiphala de sus uniformes en gesto de retorno a ‘una sociedad colonial, racista y discriminadora, lista para acabar con los derechos los pueblos indígenas’.
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