Este miércoles 15 mil personas volvieron a movilizarse en Francia contra el aumento de los impuestos y realizaron cortes de ruta, aunque la mayoría ya fueron levantados. Dos muertos y 19 heridos de gravedad es un saldo peligroso para el gobierno de Emmanuel Macron.
Los depósitos petroleros y los ejes de autovías fueron desbloqueados, según declaraciones del ministro del Interior. La quinta jornada de las marchas de los “chalecos amarillos” dieron muestra de fatiga, pero el malestar perdura. El sábado 17 de noviembre casi 300 mil personas se movilizaron en más de 2000 puntos de la geografía francesa para rechazar el aumento de los combustibles.
Varios puntos de bloqueo fueron despejados por la fuerza por brigadas antimotines, donde se dieron situaciones de extrema violencia por el accionar desbordado de las fuerzas del orden. La represión contra los choferes, agricultores y pescadores que se movilizaron de manera conjunta, junto a trabajadores de otras extracciones, partidarios de la izquierda y también de la extrema derecha, todos críticos del gobierno de Macron.
La situación de mayor violencia se ha vivido en la isla de la Reunión, donde la población resistió las embestidas represivas de la policía y se declaró el estado de sitio.
El martes se condenó a cuatro jóvenes a cuatro meses de prisión por atentado contra la autoridad en un bloqueo en la localidad de Quimper. Pero son casi 600 los detenidos.
Para el sábado próximo se está convocando una nueva movilización en la plaza parisina de Concorde. Si bien la marcha no está prohibida, el sitio será despejado de manifestantes por cuestiones de seguridad, advirtieron las autoridades. La tensión continuará en Francia.