“Queremos que se nos haga justicia, queremos la reparación para las compañeras sobrevivientes”, dijo Nebraska Montenegro, presidenta del colectivo Nueva Coccinelle.
Punto Noticias. Son tres años que la justicia ecuatoriana le ha dado la espalda a varios colectivos LGBTIQ+, que se concentraron en los exteriores de la Fiscalía General del Estado en conmemoración del Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia. En 2019, el colectivo Nueva Coccinelle presentó una denuncia por lesa humanidad y por persecución a las víctimas de represiones policiales desde la década de 1980 hasta 2000, pero aún no hay avances.
El martes 17 de mayo se realizó el platón. La jornada inició con la intervención de representantes de los diferentes colectivos como Nebraska Montenegro, presidenta del colectivo Nueva Coccinelle, quien estaba junto a sus compañeras, para exigir el trámite a la demanda. “Queremos que se nos haga justicia, queremos la reparación para las compañeras sobrevivientes”, enfatizó Montenegro.
Sofía Llerena Pérez, asesora legal de la Fundación de Asesoría Regional en Derechos Humanos (Inredh), mencionó las exigencias que contiene la denuncia presentada en 2019. “Se pidieron medidas de reparación en el ámbito de salud física, psicológica y también medidas de reparación económicas para las víctimas y sobrevivientes de la persecución y violación sistemática de derechos humanos”, precisó.
Un gran contingente policial llegó hasta la Fiscalía. Las activistas trans levantaron su voz, como cuando se enfrentaban a la misma institución desde 1980, sus consignas en clamor a la defensa y promoción de sus derechos, que hasta la actualidad siguen siendo vulnerados por parte del Estado y las fuerzas de control.
De 1980 a los 2000 las personas trans fueron víctimas de una persecución sistemática, estructural y continua. La violencia institucional se focalizó en las mujeres trans, por ejemplo, el Plan de Prevención de la delincuencia llamada “Más Seguridad”; de la fuerza pública acusaba a los grupos GLBTI+ de cometer “atentando al decoro y las buenas costumbres”, lo que se sancionaba con imposición de multas y con privaciones arbitrarias a la libertad.
En respuesta a esta necesidad política de visibilizar la discriminación hacia las personas trans, travestis y gais, el colectivo ‘Coccinelle’, que lleva su nombre en honor a la actriz y cantante transexual francesa, Jacqueline Charlotte Dufresnoy (primera celebridad en cambiarse de sexo), exigió junto a otras activistas y defensoras/es de derechos humanos, que se eliminara el primer inciso del artículo 516 del Código Penal, que sancionaba con cárcel de 4 a 8 años las relaciones entre personas del mismo sexo.
Es así que, en agosto de 1997, se realizaron acciones públicas como la toma pacífica de la Plaza de la Independencia y la recolección de las firmas que respaldaron la demanda ante el Tribunal Constitucional Ecuatoriano; acción que permitió que en noviembre de ese mismo año, el Tribunal de Garantías Constitucionales, mediante Sentencia No. 111-97-TC, declarara inconstitucional este artículo del Código Penal, presente desde 1938.