Editorial de Radio Pichincha
La declaración de “conflicto armado interno” abre muchos debates y una sola necesidad: bajar, si es posible a cero, el nivel de violencia que vivimos desde hace tres años. Y eso parece que no ocurrirá dadas las expectativas creadas, los análisis de los expertos y por la capacidad de neutralizar estructuralmente a quienes alimentan y se benefician del negocio multimillonario del narcotráfico.
Para empezar, el objetivo del todo el Estado ecuatoriano es acabar con ese modo de convivir en estos tiempos, donde prima el miedo, el hostigamiento, el amedrentamiento de parte de los grupos criminales. Pero no podemos pasar del miedo a los delincuentes al terror de la represión y a la persecución por parte de los miembros de la Fuerza Pública.
Aquí no se trata de defender los “derechos humanos de los delincuentes”, como critican aquellos que quieren una guerra a mansalva, sin límite alguno. Si hay infractores, violentos, con pruebas y el debido proceso, que paguen todas sus fechorías con todo el rigor de la ley. Lo que no se acepta y tampoco el mundo va a saludar es una represión indiscriminada, bien sea por aumentar las cifras y quedar bien con los medios corporativos. Ya hay denuncias de ello y no se puede aceptar.
Es más: los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos, que no pueden ser considerados ni comunistas ni de izquierda, han alertado de este asunto. Y ya hemos visto abusos y hasta aplausos con esos abusos.
No se trata de pasar de una violencia a otra, como tampoco que esta “guerra” sea indefinida para saciar los apetitos de venganza de algunos intolerantes, los negocios de quienes lucran con la violencia y mucho menos como un estado de terror para imponer un régimen político, ideológico y económico a costa de esta violencia.
Y hay un dato que preocupa: el interés estadounidense de instalarse en nuestro territorio para supuestamente “ayudarnos”. Ya sabemos lo que significó esa ayuda en Colombia, México y Centroamérica. Lo decimos porque desde hoy Christopher Dodd, asesor Presidencial de Joe Biden para las Américas, la jefa del Comando Sur, Laura Richardson y sus delegaciones se asientan en oficinas y espacios de control de seguridad, firmarán convenios y se pondrán al mando de estas operaciones.
Desde fuera del Ecuador se ve con cautela esto. Ya supimos lo que fue el famoso Plan Colombia y las repercusiones que tuvo en nuestro país. Pero hay algo más: si de verdad nos quieren ayudar DETENGAN Y ELIMINEN EL CONSUMO DE COCAÍNA EN ESTADOS UNIDOS. O al menos HAGAN ALGO para que no ingrese la droga. Si no, todo será un cuento y lo único que veremos por acá será una guerra indiscriminada para paralizar y perseguir cualquier protesta social, que es lo de fondo. PUNTO