La sesión especial en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pedida por los Estados Unidos para tratar el tema de la intervención militar en Venezuela, se saldó con un rotundo fracaso para los alguaciles del mundo.
Los principales países de este organismo se opusieron a la intervención e incluso denunciaron una injerencia en la política interna del país. De todas maneras, aceptaron que Venezuela vive una situación de crisis y alentaron a que se lleve adelante un diálogo entre las partes que permita mejorar la situación de las mayorías.
Tampoco la resolución propuesta por los rusos logró consenso y donde hubo mayores acuerdos fue en apoyar el Mecanismo de Montevideo, la propuesta uruguaya para iniciar conversaciones entre el gobierno de Nicolás Maduro y dirigentes de la oposición política en Venezuela.
El delegado de Rusia en el Consejo, Vasily Nebenzya, destacó que su país “apoya los mecanismos que busquen fomentar la paz y el diálogo en Venezuela, como el mecanismo de Montevideo” y llamó a defender los principios consagrados en la Carta de la ONU.
Mientras que los chinos rechazaron toda injerencia en los asuntos propios de cada Estado y declaró que “son los propios venezolanos quienes deben resolver sus asuntos”.
Jerry Matjila, el representante de Sudáfrica enfatizó que su país reconoce a Maduro como presidente legítimo y pidió que se deje de pretender vulnerar los principios de Naciones Unidas.
La mayoría de los países fueron decididos en su rechazo a la violencia y respetando la autodeterminación de los venezolanos y venezolanas.