La ponente principal en el juicio político contra Guillermo Lasso y primera vocal del Consejo de Administración Legislativa (CAL) tiene una hija de 19 años.
En cuatro días, la asambleísta por Santo Domingo de los Tsáchilas, Viviana Veloz, empezará a cursar el último semestre de la carrera de Derecho en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. Al graduarse, su plan era especializarse en casos de tipo penal. Pero al estar al frente del juicio político contra el presidente Guillermo Lasso le ha surgido el interés por estudiar la materia constitucional.
Con 38 años no se siente avergonzada por aún no terminar sus estudios universitarios. A quienes venimos de abajo -apunta- los malos gobiernos nos niegan todo, tenemos que pasar por muchos obstáculos para salir adelante. Su sueño es convertirse en abogada, ya que ve a esa profesión como una herramienta para servir a la ciudadanía que enfrenta a un sistema de justicia lleno de corrupción y que se desespera por no acceder a tutela judicial efectiva.
Así, los días de la asambleísta de UNES, Viviana Veloz, empiezan a las 05:00 y terminan a las 24:00, para cumplir con su función en el Legislativo; con sus responsabilidades de madre de Gianella, de 19 años, quien sigue Relaciones Internacionales en una universidad privada. Y claro, no descuidar, sus estudios.
Ahora, como madre, la legisladora sabe lo que implica tener la responsabilidad de cuidar de una hija propia, pero a sus hermanos los ve como a otros hijos.
Cuando fue nombrada presidenta de la Comisión por la verdad, justicia y lucha contra la corrupción, que siguió el Caso Encuentro y luego el informe León de Troya, ella empezó a sentir las miradas sobre ella. Mucho más desde que asumió el rol de ponente del juicio político contra Guillermo Lasso.
«Mi hija es mi motor, pero es muy joven y no me gusta que se sienta amenazada, por ejemplo al ver los graffiti en las paredes cercanas a nuestra vivienda. Tratamos de borrarlos, pero otra vez los pintan», relata. En los muros, anota, se lee: «Viviana Veloz golpista, exhibicionista, acosadora de menores».
Según la asambleísta Veloz es extraño ser recibida todos los días al ingresar al Legislativo por personas que le gritan, «corrupta y golpista». Ella cree que seguramente alguien les ha pedido esperar por ella para amenazarla. Pero su propia madre, Manuela, le pidió no retroceder. Ansía que el juicio político termine con la salida del presidente Guillermo Lasso, para retomar su vida sencilla, salir a tomar helado con su hija y viajar a Santo Domingo de los Tsáchilas, disfrutar de sus ríos.