Este es uno de los principales retos que deberá enfrentar el nuevo presidente del Directorio del IESS.
Punto Noticias. Reducir y depurar la nómina y auditar la corrupción hospitalaria, estableció como prioridades Jorge Madera, quien fue por 96 días presidente del Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Según denunció Madera al despedirse de la institución, estas prioridades despertaron una fuerte oposición interna, que incluso llegó a las amenazas.
Todo quedó en el propósito e incluso la contraloría social, creada para ver qué pasa en los hospitales, quedó trunca cuando comenzaba a revisar el Teodoro Maldonado Carbo, de Guayaquil, dependencia fue el foco de varios de los mayores escándalos de corrupción durante los primeros meses de la pandemia.
El nuevo presidente del Directorio del IESS, Francisco Cepeda, hereda todos esos objetivos truncos y tiene la responsabilidad de impulsar las reformas estructurales en el deteriorado sistema de pensiones.
Ese problemática ni siquiera alcanzó a ser analizada por la autoridad saliente, Hay alertas de que es una bomba de tiempo, que poco a poco se come los ahorros, el patrimonio de los jubilados presentes y futuros.
El informe final de diagnóstico del Fondo de Invalidez, Vejez y Muerte, elaborado por Augusto de la Torre, director del Centro de Investigaciones Económicas y Empresariales de la UDLA, y Heinz Rudolph, economista principal del Sector Financiero para América Latina del Banco Mundial, señala que el sistema es insostenible.
Viene generando, desde 2014, déficits crecientes (más gastos que ingresos); en 2020 cerró con casi $3.000 millones en contra. Si no se toman medidas para revertir esta situación, hasta 2050 se acumularán déficits equivalentes al 134 % del Producto Interno Bruto (PIB); es decir, alrededor de $134.000 millones.
Ese monto equivale al doble de la actual deuda pública del país, que suma $67.000 millones o el 67 % del PIB.
Los aportes de los afiliados activos cada vez cubren una menor parte de los gastos crecientes del sistema, razón por la que el Estado se ve cada vez más apremiado a entregar montos más altos al IESS para mantener el fondo de pensiones a flote, de acuerdo con De la Torre.
Significa que se tiene que destinar más dinero público, que sale de los impuestos y el esfuerzos de toda la ciudadanía, para continuar con el subsidio estatal a través del aporte del 40 %.
A esta situación se suma que las diferentes autoridades que han pasado por el IESS han tenido que echar mano de los ahorros del fondo, por lo que, aunque las pensiones no se van a dejar de pagar mañana, o dentro de dos meses, cada vez habrá menos reservas hasta que ni el dinero transferido desde el Gobierno pueda evitar el colapso definitivo.
Se necesitó un aporte de $822 millones, en 2013, y el sistema todavía generaba superávit. El año pasado, incluso, con $1.700 millones desde el Estado, el déficit llegó a $2.333 millones.
Según el estudio, la solución viene de la mano con la mejora en el mercado laboral (más personas con empleo adecuado y que aporten), pero también con cambios en la edad de jubilación y las tasas de aporte, alternativas que ya han sido planteadas y que no tienen el beneplácito de los afiliados.
Fuente: La Hora.