Cerca de 2,5 millones de ciudadanos comen máximo una vez al día o no comen nada.
Punto Noticias.- Raúl Villacís lleva la cara embarrada de malas noches y hambre. Carga una caja de madera pequeña, con caramelos y tabacos desperdigados sobre la superficie. El día ha sido malo, dice, apenas he logrado vender dos cigarros. A su lado asoma su hermano menor, Iván, que está por cumplir los cuatro años de edad y es su acompañante en esta jornada laboral.
Sus padres les han dicho que los encontrarán por la Plaza de San Francisco, cerca a las 16:00, del sábado 20 de agosto. “Aunque a veces se olvidan de venir”, dice Raúl. Y luego me vuelve a pedir que le compré tabacos o caramelos, porque quieren juntar un dólar para conseguir pan y algo de beber.
“¿Desayunaron hoy?”, le pregunto. “Hasta ahorita no hemos comido nada”. Raúl tiene once años y la mirada curiosa. Cuando algún niño pasa a su lado con un helado, solo atina a preguntar a cuánto costará la golosina. Su hermano menor le observa asustado, y cada tanto suelta un llanto. “Es molestoso cuando tiene hambre”, dice Raúl, justificando su actitud.
Ambos padecen desnutrición, al igual que varios infantes en el país. Según la Secretaría Técnica Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil (STECSDI), en el país 23 de cada 100 niñas y niños sufren desnutrición crónica antes de los cinco años de vida.
Y cerca de 380.000 infantes crecen sin alimentarse correctamente: el equivalente a llenar siete veces el estadio Isidro Romero Carbo de Guayaquil, con capacidad para 59.000 personas. Un estadio repleto de niños con hambre.
Cifras desoladoras
Tomando de referencia las proyecciones poblaciones del INEC para el año 2020, y asumiendo que la prevalencia de la desnutrición crónica infantil se mantuvo constante entre los años 2018 y 2020, se calcula que 27 de cada 100 infantes menores de dos años padecen de esta problemática. Lo que significa que cerca de 180.000 niños nacen sin el cuidado y protección adecuados.
Desde el 2006, además, no ha variado significativamente el porcentaje de niños menores de cinco años que padecen desnutrición crónica infantil. Por el contrario, el porcentaje de menores de dos años con este problema aumentó, pasando del 24% en 2006, a 27,2% en 2018.
Ecuador en la mira internacional
Para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es más grave la desnutrición en la gestación y en los primeros dos años de vida. En estos periodos, puede ocasionar alteraciones devastadoras y duraderas en el desarrollo cerebral de la persona o en su habilidad para aprender, comunicarse, pensar, socializar y adaptarse a nuevos ambientes o personas.
Según el Programa Mundial de Alimentos, actualmente más de 2.4 millones de personas de distintas edades sufren inseguridad alimentaria en Ecuador. Es decir, estas personas comen una vez al día o, simplemente, no comen nada. Pero, ¿cómo afecta esto a su salud?
La doctora Tatiana Guanoluisa señala que al dejar de comer, se provoca daño en el organismo, ocasionando falta de concentración y memoria. Además, al no ingerir alimentos con azúcar, se deja sin glucosa al cerebro, disminuyendo su capacidad. “Lo más común que se presenta es la gastritis, ya que no hay alimento por un período prolongado. Y lo que hace el ácido gástrico es que se irrite el estómago”.
Para el especialista Paúl Lalvay, cuando una persona no se alimenta adecuadamente, el cuerpo agota sus reservas de glucógeno y el organismo quema tejido graso, disminuyendo la energía y provocando la pérdida de grasa muscular. “El cerebro, el hígado, los riñones, todos nuestros órganos no trabajan de manera adecuada. Se da apatía, molestia, cansancio, alteraciones a nivel neurológico”.
Las brechas se agudizan entre lo urbano y lo rural
Al finalizar el paro nacional convocado por la CONAIE, en junio de 2022, la Universidad Central del Ecuador emitió un comunicado que dejó perplejo a propios y extraños. El 1 de julio, el centro educativo indicó que de los 450 niños indígenas atendidos permanente en la institución, el 80% de ellos sufría de desnutrición crónica.
La STECSDI señaló que 6 de cada 10 niños con desnutrición crónica se encuentran en zonas urbanas, especialmente en Quito, Guayaquil y la provincia de Manabí. Mientras que 4 de cada 10 niños, se encuentran en la ruralidad.
Informes públicos negativos para el país
Uno de los temas que agrava la desnutrición crónica infantil es la pobreza. Por ejemplo, la falta de acceso a servicios higiénicos en los hogares, obliga a las personas a realizar sus necesidades biológicas al aire libre. Ante ello, la STECSDI señala que los menores de cinco años, que viven en estas condiciones, tienen probabilidad de enfrentar desnutrición crónica en un 42,6%. Mientras que en hogares con acceso a servicios higiénicos básicos, tienen una probabilidad de 20,1%.
“La pobreza es una de las causas principales de la desnutrición, condición que no se relaciona solo con la falta de recursos económicos, sino con la exclusión social, la discriminación, la marginación por razón de género, discapacidad, grupo étnico, aislamiento geográfico y desplazamiento”, mencionó la institución en un informe.
La evidencia científica, además, identifica que la desnutrición crónica se encuentra relacionada con la presencia de infecciones respiratorias y diarrea aguda, en los primeros años de edad. Asimismo, las enfermedades infecciosas son el resultado de falta de alimentos y ausencia de agua potable.
¿La muerte de la esperanza?
Luego de un día de trabajo, Raúl le da la mano a su hermano Iván. Ambos avanzan hasta una banca de la Plaza de San Francisco. Comen unos sánduches con jugo de naranja, mientras esperan a que sus padres lleguen.
Cerca a las 16:00, los policías metropolitanos que caminan por las aceras y los turistas que se toman fotos no sospechan que esos dos niños en ocasiones no comen nada en todo el día, o apenas comen un pan acompañado de agua con panela.
Este sábado, sin embargo, parece distinto. Cuando los padres de los chicos Villacís llegan al lugar, cuentan las monedas que Raúl les entrega y dicen, con cierta sutileza, que hay la plata necesaria para cocinar en casa.