Los voceros piden recordar que en más de 50 años de explotación petrolera, el Ecuador y principalmente la región amazónica, no ha salido de la pobreza.
Durante una rueda de prensa efectuada como parte del cierre de campaña por el grupo Yasunidos, Sofía Torres, una de sus voceras, denunció la suspensión de la caravana prevista para realizarse ayer 16 de agosto en Guayaquil. Asegura que contaban con los permisos correspondientes, sin embargo, las autoridades no permitieron su normal desarrollo.
“En el evento había campesinos, pescadores, miembros del pueblo Waorani, artistas, estudiantes y gran parte de la juventud. “Una vez más los políticos se oponen a esta consulta, lo hacen por desesperación al ver cómo está creciendo el SÍ”, aseguró.
Resaltó además, que esta campaña por el Yasuní se ha sostenido desde lo colectivo, desde la diversidad y la defensa de la vida. Señaló que se financió con recursos propios y obtenidos por la sociedad civil, ya que en ella participaron más de 2 000 voluntarios, en las 24 provincias de país.
Torres indica que esto representa el cierre de 10 años de lucha, cuando la iniciativa por la conservación de la Amazonía por parte del colectivo inició. Los inconvenientes han sido muchos, como la campaña en contra que ha llevado el gobierno de Guillermo Lasso, comenta.
Ante los cuestionamientos sobre los recursos que el petróleo restará al Ecuador, el profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar, Carlos Larrea, menciona que se ha demostrado con cifras, investigaciones y datos de expertos que no se pierde USD 1 200 millones como aseguran quienes promueven el voto por el NO. Señala que esa cifra proviene de un costo aumentado del barril de petróleo.
Según las estimaciones de Larrea, el valor real de un barril es de USD 35, tomando en cuenta esto, dejar de explotar el bloque 43 del ITT representaría una pérdida del 1 por ciento del presupuesto general del estado.
Torres hace un llamado a recordar que en más de 50 años de explotación petrolera, el país y principalmente la región amazónica no ha salido de la pobreza. Tampoco se ha visto «el tan prometido desarrollo». Resalta que la explotación, debido a sus malas prácticas ambientales, solo ha aumentado la contaminación, las enfermedades y la desnutrición.
Algunas de las alternativas serían, los fondos internacionales para salvar la Amazonía o la mejora en la eficiencia de la recaudación fiscal, ya que se han demostrado que los montos de evasión fiscal, sobre todo de los grupos más acomodados, son superiores a los costos que significa parar la explotación en el Yasuní, comenta Larrea.
Torres también defiende al colectivo ante la responsabilidad que pretenden designarles sobre las actividades ilegales. Resalta que controlar la deforestación, el tráfico de fauna y la minería ilegal es responsabilidad del estado ecuatoriano, que no hay que quitarle esa tarea. Ellos, desde su trinchera seguirán exigiendo que los gobiernos cumplan con su obligación.
Ambos voceros, concluyen comentando que los ojos del mundo están puestos en Ecuador, debido a esta oportunidad histórica de contribuir con el cambio climático y el respeto a la vida.