María tiene su tienda en la calle De las Toronjas, antes del cierre vial, vendía USD 120 en productos y alimentos, ahora no llega ni a los USD 30 diarios.
El barrio El Inca, ubicado al norte de Quito, se ha caracterizado por ser un sector bastante transitado y comercial. Diferentes líneas de transporte público, vehículos y transeúntes atraviesan día y noche sus calles. Sin embargo, en la vía De las Toronjas, ubicada afuera de la cárcel, esto ya no sucede.
Todo empezó cuando la crisis carcelaria se agudizó y las autoridades cercaron el perímetro del centro de detención impidiendo el paso tanto vehicular como peatonal, dejándola con un aspecto fantasmal.
«Aquí hay tiendas, mecánicas, locales de comida, que están tremendamente afectados económicamente porque la gente no puede venir a comprar. Antes de los cierres, yo vendía USD 120 o más, ahora no llego ni a los USD 30 diarios», asegura María, que tiene su tienda de abastos en esta vía a una cuadra de la cárcel.
🔴 #Atención | Moradores y dueños de negocios de los alrededores de la cárcel de El Inca denuncian pérdidas. Esto, debido a que las calles se encuentran permanentemente cerradas. Exigen, desde hace años, la reubicación del centro penitenciario. @evelincaiza94 conversó con ellos. pic.twitter.com/T8qv8FShzt
— Radio Pichincha (@radio_pichincha) January 29, 2024
Lo mismo le pasa Fernanda. Ella trabaja en un local que distribuye piezas de autos y lo que solicita es que se se reubique el centro de detención. Dice que las protestas de los vecinos de El Inca para que esto suceda no son de ahora, son de años atrás.
«Si abren la calles es temporal. Cada vez que haya algún problema en la cárcel nos van a cerrar la calle y esto no terminará, nos afecta en nuestra economía, no permiten el ingreso de nadie, solo de quienes viven por acá. Hay más de tres mecánicas que pasan prácticamente vacías», comenta.