Abuelas de Plaza de Mayo, la organización que buscan a sus nietos secuestrados durante la dictadura, muchos de ellos nacidos en cautiverio o robados a sus padres, cuando fueron desaparecidos por las fuerzas represivas de la última dictadura cívico-militar y eclesiástica en la Argentina, celebraron este fin de semana sus 40 años de historia y perseverancia en su lucha por Memoria, Verdad y Justicia.
Lo hicieron con un festival artístico en la localidad de Tigre, cercana a Buenos Aires, con una participación multitudinaria y una serie de conciertos de primer nivel.
Lo que era una fiesta, luego de que esta semana que pasó pudieran celebrar la aparición del nieto restituido 128. El joven Marcos, quien había sido secuestrado junto a su madre hace 42 años en Tucumán, se vio deslucido por una grave denuncia de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), quienes advirtieron sobre una serie de detenciones ilegales ocurridas en las inmediaciones del predio donde se desarrolló el festival.
La organización denunció que “la policía bonaerense, gendarmería y efectivos de civil, reprimieron y detuvieron a varias personas” que fueron trasladadas a una comisaría cercana.
En total, se supo más tarde, se trató de ocho personas, algunas de las cuales denunciaron haber sido torturadas. El comunicado de la Correpi dice repudiar “el accionar represivo de las fuerzas de seguridad, que a su política cotidiana de represión, esta vez sumaron la total provocación de exhibir un Falcon verde”. (Vehículo emblemático en el que se desarrollaron cientos de detenciones ilegales durante los años más oscuros de la violencia estatal).