Pasado el mediodía, decenas de familias de inmigrantes venezolanos llegan hasta las oficinas de la Coordinación de Movilidad Humana (CMH) de la Prefectura de Pichincha, donde miembros de la organización CARE se encuentran dictando charlas sobre violencia de género, riesgos en la migración, delitos asociados a la migración y mecanismos de protección.
Este tipo de información les permite identificar, por ejemplo, delitos asociados a la migración como la trata de personas y el tráfico de migrantes y cómo evitar ser víctima de estas redes que operan en todas partes del mundo.
¿Han escuchado hablar de la trata de personas? –Pregunta Johanna Aguirre, encargada de dictar el taller-. Unos a otros se miran y alguien responde con una idea vaga, lo que demuestra el desconocimiento del tema.
A través de un lenguaje sencillo, Johanna explica la temática y mantiene la atención de los presentes. “Según sabemos, muchas mujeres están siendo víctimas de estas redes, las cuales -en base a engaños o amenazas- las captan, les arrebatan sus documentos y las llevan a sitios donde las explotan sexualmente” -les cuenta-, lo que despierta el asombro de más de uno.
A más de la trata de persona y el tráfico de migrantes, se abordó también los tipos de violencia que se dan en todas las sociedades (violencia patronal, psicológica, física, sexual y de género).
A través de ejemplos y casos puntuales, la facilitadora ayudó a los asistentes a identificar los niveles de violencia a los que están expuestas todas las personas en cualquier circunstancia.
A cada uno se le hizo la entrega del “violentómetro”, un adhesivo en el que se especifica los diferentes niveles de violencia, empezando por el chantaje, los celos, la humillación, pasando por el manoseo, la agresión, hasta llegar a la amenaza y el asesinato.
De igual manera se hicieron recomendaciones con respecto a los niños pues, según la facilitadora, si bien no se han especificado aún cifras exactas, se conoce del plagio de niños inmigrantes, quienes son víctimas de estas redes delictivas que los captan con fines de mendicidad, tráfico de órganos, entre otros.
“Los niños y niñas, por ningún motivo deben alejarse de sus padres, deben estar acompañados en todo momento. Eviten socializar con desconocidos y no acepten sus obsequios o alimentos”, exhorta Johana a los menores que también participan en la jornada.
Gianna Garcés, una joven madre que dejó Venezuela hace un mes para reunirse con su esposo en Ecuador, participó del taller, ya que fue una de las beneficiarias de la ayuda que se encuentra brindando CARE.
Sus ojos se inundan de lágrimas al rememorar lo vivido en su país sumado a lo que hoy le toca enfrentar fuera de él. “Cuando ocurrió lo de Ibarra yo me asusté mucho y pensé que todas las puertas se nos iban a cerrar y que solo recibiríamos desprecio por parte de los ecuatorianos pero “¡Cónchale!”, mira que Dios es grande y hemos encontrado gente como ustedes (CMH y CARE) que nos está brindando ayuda, lo que para nosotros es una bendición”, manifiesta mientas busca algo con qué secar sus lágrimas mezcla de dolor, entereza y esperanza.
Elaborado por Baby Bustamante Bustamante – Periodista de la Coordinación de Movilidad Humana – GADPP